El economista Juan González Herrero, CEO del conglomerado financiero Herrero Brigantina, entusiasmaba a sus 35.000 clientes europeos con promesas de beneficios de hasta el 50% en 10 años. Su supuesta fórmula de éxito se basaba en productos de inversión vinculados a seguros de naturaleza indescifrable. Médicos respetados, empresarios y profesionales liberales sucumbieron al discurso elocuente del visionario. Aunque no hay evidencia de que estos ahorradores anónimos hayan aumentado su fortuna, se revela que González Herrero y su círculo cercano -sus dos primos y su esposa- se enriquecieron antes de que comenzaran los primeros problemas de impago. Documentos internos de la compañía, a los que EL PAÍS ha tenido acceso y adelantó hace días EBD, muestran esta realidad. Informes contables confidenciales que aún no han sido presentados ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, quien investiga a la corporación por una supuesta estafa de 40 millones de euros.
Los archivos detallan que el fundador recibió 3,7 millones de euros en remuneración y que su primo, originalmente soldador y luego convertido en ejecutivo, ganó casi 700.000 euros. También se revelan nóminas con bonificaciones de productividad superiores a los 120.000 euros para la esposa del CEO, quien antes trabajaba como camarera.
El fundador encabeza la lista de los sueldos más altos. A los 45 años, González Herrero ganó 3,7 millones entre 2016 y 2020, con un aumento constante en sus ingresos a lo largo de esos años. Además, obtuvo más de 2,3 millones de euros a través de un contrato de servicios, con diversas empresas de la corporación contribuyendo generosamente a sus cuentas bancarias.
Los primos del fundador, Carlos y Jorge A. H., también se beneficiaron económicamente. Carlos, soldador de profesión, ganó casi 700.000 euros entre 2018 y 2020, mientras que Jorge, abogado, ganó más de 800.000 euros entre 2017 y 2020.
Tras la salida de los primos, la esposa del CEO, K. G., se convirtió en una de las directivas mejor pagadas, con ingresos superiores a los 260.000 euros en un periodo de seis meses.
Además de estos altos salarios, otros ejecutivos de la empresa también recibieron remuneraciones significativas, como el responsable de la filial Blacksmith and Brigantine, el jefe de relaciones institucionales y el director general de Herrero Brigantina Servicios Crediticios.
Los sueldos siempre fueron un tema sensible en la empresa, que se negó a revelar la remuneración del fundador, incluso ante las autoridades regulatorias. Esta negativa fue una de las irregularidades señaladas por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. La empresa también se negó a proporcionar información sobre los salarios de su consejo asesor.
En marzo de 2023, una investigación reveló una serie de irregularidades en la empresa, incluyendo denuncias de estafa por parte de muchos clientes. Estas denuncias se multiplicaron rápidamente, llevando a investigaciones judiciales que ahora están en curso en la Audiencia Nacional.
Antes del colapso, Herrero Brigantina se presentaba como un éxito, pero ahora enfrenta acusaciones graves y una investigación en curso sobre sus prácticas financieras.
ERAN TAN POBRES QUE NO TENÍAN MÁS QUE DINERO.