La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) localizó en la tarde de ayer la fosa en la que, según su información, estarían enterrados los restos de Vicenta López y su hijo Jesús Camuñas López, asesinados en 1948 por haber cobijado en su casa de Castiñeiras (Balboa) a varios guerrilleros antifranquistas que el día anterior habían sostenido un tiroteo con la Guardia Civil, en el que había perdido la vida un agente.
Las investigaciones realizadas por el historiador Alejandro Rodríguez llevaron esta mañana a iniciar los trabajos en una nueva localización para la búsqueda de la fosa, dentro del cementerio de Villafranca del Bierzo. “No ha sido difícil por su ubicación, ha habido bastante suerte y era una zona en la que no se había removido la tierra ni construido panteones”, indicó el vicepresidente de la ARMH, Marcos González.
En ese sentido, señaló que han hallado unos primeros restos y que, si no falla la información del acta de enterramiento, corresponderían al cuerpo de Vicenta López y que su hijo estaría debajo de sus restos. Los trabajos arqueológicos continuarán mañana y a continuación se procederá a su exhumación, con la participación de tres generaciones de esta familia. Y es que una de las hijas de Vicenta, Milagros Camuñas, ha viajado desde Barcelona para participar en la búsqueda, junto a una nieta y una biznieta.
Milagros contaba con sólo 10 años cuando su madre y su hermano fueron sacados de casa para ser llevados al calabozo de Villafranca del Bierzo, donde nunca llegaron, siendo antes asesinados en el kilómetro 11 de la carretera Madrid-La Coruña, aplicándoles la denominada Ley de Fugas, el 28 de octubre de 1948.
Actualización a las 18.00 horas:
La ARMH confirma el hallazgo de los restos de una madre y su hijo en la fosa del cementerio de Villafranca
Milagros Camuñas encuentra a su madre y su hermano tras más de 67 años de búsqueda
“Me siento feliz, como si estuviera flotando, muy contenta”, confiesa Milagros Camuñas, tras conocer que todas la evidencias apuntan a que los dos cuerpos hallados en la fosa abierta en el cementerio de Villafranca del Bierzo (León) pertenecen a su madre, Vicenta López, y a su hermano, Jesús Camuñas, ambos asesinados a tiros el 28 de octubre de 1948 por haber cobijado en su casa de Castiñeiras (Balboa) a varios guerrilleros antifranquistas que el día anterior habían sostenido un tiroteo con la Guardia Civil, en el que había perdido la vida un agente.
Tras localizar ayer los primeros restos, los trabajos arqueológicos de la mañana de este sábado confirmaban que pertenecía a una mujer y había un nuevo cuerpo, un hombre. El arqueólogo de la ARMH, René Pacheco, explicó que localizaron el brazo del primer cuerpo y que siguieron para intentar localizar el cráneo, que le permite determinar que se trata de una mujer. “Al dirigirnos hacia la zona del cráneo apareció una bala en el cuello, que coincidía con la información de la autopsia que se había practicado al cuerpo en 1948, que señalaba que tenía un disparo en el cuello”, apostilló.
Esa evidencia serviría para afirma que se trata de Vicenta López y continuar con la excavación para localizar, justo debajo de ella, tal como recogía el acta de enterramiento, los restos de un hombre. Los dos fueron enterrados boca arriba y en el mismo sentido y, destacó Pacheco, los restos están muy bien conservados y la fosa “está intacta”, a pesar de los panteones construidos alrededor y encima de ese enterramiento.
“Están los dos cuerpos, vamos a poder hacer los análisis que corresponden y ahora, saber ya que hay dos cuerpos, uno encima del otro, de una mujer y de un hombre. Está claro que hemos dado con la fosa”, explicó René Pacheco, que fue quien esta mañana anunció a Milagros, acompañada por su hija y su nieta, que habían encontrado también los restos de su hermano. “Soñaba con ver la cabeza de mi madre, estaba segura que la recordaría, con esos dientitos tan bonitos que tenía”, confiesa Milagros, que este sábado ponía fin a tantos años de búsqueda.
Ella asegura tener muchos recuerdos de su madre, a pesar de contar con sólo diez años cuando la vio por última vez. “Son cosas que tengo grabadas y mi madre era una mujer impresionante, sabía cocinar de maravilla y cuando los vecinos tenían que majar o segar siempre contaban con ella”, cuenta Milagros que, aunque ahora vive en Barcelona, está decidida a dar una sepultura digna a sus seres queridos en este mismo cementerio de Villafranca y tener siempre un motivo para volver a su tierra.