EBD En un pueblo del este de Europa que no queda ni cerca, ni lejos. En una época que no es ni la de ahora, ni la de antes, ni la de después, se está cocinando un gran banquete. La gente del pueblo está muy entusiasmada y va de un lado a otro haciendo malabares y acrobacias porque se acerca un día muy especial. En el mercado, los músicos están afinando sus instrumentos y la música klezmer se empieza a escuchar por todos los rincones. El loco del pueblo, entre tropezones y descuidos, va dejando caer del cielo las invitaciones para la boda. Pero, como en todas las historias, siempre surgen inconvenientes.
Este es el punto de partida de Circus Klezmer, un trabajo en el que todo se resuelve con mucho humor, porque los habitantes de este peculiar lugar siempre tienen un truco bajo la manga para que este día tan esperado quede en la memoria de los novios y de todos los invitados.
La idea de Circus Klezmer es de Adrián Schvarzstein, argentino que ha estudiado teatro en Israel, mimo en Francia y commedia dell’arte en Italia. Surgió de la admiración por las pinturas de Marc Chagall y escuchando música judía de Europa del este. El resultado es un espectáculo muy rico y lleno de pasión, como lo era el circo en sus orígenes. Lleno de los más puros instintos humanos, fácilmente identificables para el público, como el amor, el odio, la alegría, la risa o la melancolía.
El circo ha sido, durante mucho tiempo, un espectáculo de divertimento popular. Pero en los años setenta, surge en Europa una nueva tendencia que va más allá de los espectáculos con leones y entoldados rojos. El circo contemporáneo, o nuevo circo, es una modalidad de espectáculo en la que los números circenses (acrobacias, malabares, etc.) acompañan a una historia y a unos personajes bien definidos e incorpora, a veces, otras artes escénicas: en este caso, la música klezmer.
La crítica ha destacado la presencia de música en directo que “como sacada de una película de Emir Kusturica, es banda sonora indispensable para dar sentido a cada escena”, explicando que “durante toda la actuación se realizan pequeños números de malabares y acrobacias que se integran con la propia historia dándole un toque emocionante, y a la misma vez cómico, porque esa es la esencia de la función, que el público no deje de reír en ningún momento”.
Circus Klezmer lleva años girando por todo el mundo y recibiendo el aplauso de crítica y público en escenarios tan prestigiosos como el Teatro Goldoni de Venecia o el Queen Elizabeth Hall de Londres. Es un espectáculo en el que la sabiduría escénica convierte las cosas más sencillas en intensos momentos emotivos.