Nazi en Alemania, expatriado en Bilbao, director del Coto Vivaldi en el Bierzo, constructor de carreteras en Ibiza… Las vidas de Fiedrich (Fritz) Günter Adolf Honigmann Kirdorf, conocido en España como Federico Honigmann, componen un claroscuro difícil de desentrañar, una existencia marcada por los contrastes y también por los secretos.
Nacido en Burtscheid (Aquisgrán), en la región de Renania, Fritz Honigmann procedía de una familia de empresarios de la minería del hierro que al menos se remonta hasta su bisabuelo. Huérfano de padre a los 11 años de edad debido a la I Guerra Mundial, Fritz crece bajo la tutela materna y estudia ingeniería en Munich y Aquisgrán. En 1932 comienza a trabajar en el sector metalúrgico lo que le lleva a trasladarse poco después a Essen. En 1934 contrae matrimonio con María Boeddinghaus Bayer, emparentada con la conocida familia Bayer de industriales, con la que tiene una hija y un hijo.
Progreso a la sombra del partido de Hitler
Instalado en Essen ya consta como afiliado al partido nazi, el NSDAP, fundado en 1919 y con una amplia militancia en los años previos a la II Guerra Mundial. Sin embargo, Fritz Günter no es un afiliado cualquiera, ocupa puestos de responsabilidad, entre ellos el de cónsul de la ocupada Noruega -país con el que no se le conoce ningún vínculo hasta su nombramiento- en Essen, entre 1939 y 1944, durante la II Guerra Mundial. Vive los bombardeos ingleses sobre la ciudad alemana, objetivo aliado por sus fundiciones y por ser el centro para el rearme alemán de la mano de Krupp, el grupo industrial más grande del país. La bombas destruyeron el setenta por ciento de los edificios de Essen.
En la lista de nazis acogidos en España
Finalizada la guerra, se refugia en España, dejando a su mujer e hijos en Alemania. Desde ese momento hasta 1950 poco se sabe de su vida en Bilbao más allá de que su nombre aparece en la lista de nazis huidos y protegidos por España, confeccionada por Eliah Meyer en base a los documentos desclasificados de la OSS (Office of Strategic Services) secret intelligence (special funds records 2801-2850), los servicios secretos americanos de la época, precursores de la CIA. No obstante, Honigmann no aparece en la lista de reclamados -para su deportación- a Franco por los aliados, integrada por espías y nazis acusados de crímenes de guerra.
En un principio se podría pensar que la presencia de Honigmann en la primera de las listas mencionadas se debió a su significada labor como nazi en Alemania, pero no es así. Los documentos en los que figura su nombre fueron elaborados por la División Financiera de la OSS y corresponden al Proyecto Safehaven (palabra con la que se denomina una inversión segura en tiempos o mercados económicamente inestables) para bloquear el flujo de capital alemán a través de países neutrales -como en teoría lo era España- en la II Guerra Mundial e identificar y observar todas las inversiones alemanas en el extranjero hasta 1946.
Porque la relación de Honigmann con España comienza en 1943, dos años antes del fin de la guerra. Durante ese año y el siguiente, y a pesar de mantener el cargo de cónsul de Noruega en Essen, coordina la compra de materiales estratégicos para el Tercer Reich, siendo delegado para la España franquista del Consorcio Erzhänder en Bilbao, una ciudad en la que los nazis proliferaron y escenario de complejas tramas de espionaje.
Primer contacto con el Bierzo
Precisamente, sería en esta época cuando, con motivo de la compra de minerales, habría conocido de primera mano la riqueza minera del Bierzo “a través de informaciones y entrevistas con corresponsales alemanes, como el ingeniero residente en Toral de los Vados, Jakob Hoeltz (Don Jacobo)“, explica Pío Javier Ramón Teijelo en su estudio para la revista Bierzo 2018 titulado ‘El Coto Vivaldi y Anexas, SA: la figura de Federico Honigmann’.
En 1950, el nombre de Honigmann reaparece como director de la mina Parocha, perteneciente a la Sociedad de Minerales y Metales de Bilbao, propiedad de Federico Lipperheide Henke, a quien los aliados tenían por miembro de las SS y agente del servicio de espionaje de la Kriegsmarine en Bilbao. De hecho, Lipperheide sí está en la lista de reclamados a Franco, en el número 58 de los 104 presuntos agentes de Hitler en España, si bien no solo no fue repatriado sino que durante la Dictadura franquista prosperó y se convertiría en un destacado empresario en el País Vasco hasta su muerte en 1992.
Director del Coto Vivaldi
Regresando a la figura de Honigmann, en 1953 se traslada al Bierzo para convertirse en director general del Coto Vivaldi y Anexas S.A, sociedad constituida en Bilbao ante las expectativas del mercado internacional para la reconstrucción europea, con el objetivo social de la ‘extracción y transformación de minerales’, principalmente hierro. La sociedad participada por el Banco Bilbao Vizcaya estaba presidida por el supuesto agente nazi Lipperheide. Honigmann llega acompañado de otros compatriotas,entre ellos Guillermo Wilke, que sería el ingeniero jefe de producción del coto, incluido como él en la lista de nazis protegidos por España. El mineral obtenido se destinaría principalmente a la exportación a Alemania aunque también se enviaron pedidos a Reino Unido.
Las dualidades de ‘don Federico’
En el Bierzo, Fritz Honigmann, reconvertido en ‘don Federico’, se hace un hueco no solo como director del Coto Vivaldi sino como ‘protector’ del Santuario de la Virgen de la Peña, por la que sentía gran devoción a pesar de ser protestante, siempre según el testimonio de quienes lo trataron. Así, en 1957 el matrimonio Honigmann-Boeddinghaus Bayer decide colaborar en las obras de restauración del Santuario prolongándolas y encargándose de su acceso, “contando con la extensa fortuna de la esposa”, indica Ramón Teijelo en su estudio.
En 1959, Federico plantea al municipio construir allí, en lo alto del Monte Turcia, su hogar en el Bierzo, lo que según diversas fuentes suscitó la polémica entre los vecinos de Congosto, decantándose el Ayuntamiento a su favor y dándole licencia, poniendo en la balanza la restauración del Santuario, la construcción de su carretera de acceso y el empleo proporcionado por ‘el alemán’ a muchos vecinos en el Coto Vivaldi.
Los que le conocieron en la época recuerdan a un hombre sonriente, afable, que bajaba al tajo a hablar con sus trabajadores y les compraba cigarrillos, a quien su mujer e hijos visitaban de tanto en tanto -permanecieron viviendo en Alemania-, que se integró muy bien en el pueblo. Sin embargo, según destaca Ramón Teijelo, se comenta que por aquellos años su casa de la Peña fue un refugio transitorio para algunos nazis reclamados por los aliados, a quienes incluso habría ayudado a llegar al Puerto de Bilbao para desde allí huir a otros lugares.
Otra dualidad la constituye su matrimonio y su relación sentimental con su secretaria Rose Marie, a quien recibe en su nido de amor y al tiempo ‘nido del Águila’ -la similitud con la residencia de Hitler en Berchtesgaden es evidente-.
Vecino honorario de Congosto
En 1963, Congosto hace a Federico Honigmann vecino honorario. Un año después, por razones que no se conocen con exactitud es cesado como director del Coto Vivaldi, bien por desavenencias en la gestión o por su instrumentalización personalista de la misma -según el estudio de Ramón Teijelo-, recibiendo una millonaria indemnización. A partir de entonces Honigmann comienza a explotar como empresario el Coto San José en Prado Rey, en Astorga. Posteriormente es promotor de una empresa contratista dedicada a la construcción de carreteras en Ibiza -una época de la que tampoco hay datos-, según pudo saber Ramón Teijelo por personas próximas a Fritz.
En 1977, la esposa de Honigmann muere y éste contrae matrimonio con su secretaria. Tres años después, a los 75 años, fallece. A su muerte, su segunda esposa hereda la casa de la Peña, que se vende años después a un empresario, y un piso en el barrio de Salamanca de Madrid. Fiedrich Günter Adolf Honigmann Kirdorf está enterrado junto a su primera mujer, sus padres y abuelos en el cementerio de Westfriedhof de Aquisgrán. Sus secretos yacen con él.