PREMIOS MUJER 2024

Las lleras y los manantiales

La presencia  de lleras favorece los manantiales.

 

Hace ya bastantes años al visitar los Montes de Toledo (en excursiones con la Universidad Complutense de Madrid); me resultaba muy grato contemplar unos extensos pedregales en aquellas montañas pues me recordaban a las llamadas aquí en El Bierzo “lleras”. Hace pocos meses tuve ocasión de volver y de nuevo reparé en ese enorme parecido hasta el punto de considerar la posibilidad de comparar fotos de las montañas del Bierzo con las de Los Montes de Toledo.

Con el paso de los años he ido aprendiendo que esas curiosas formaciones de las laderas de los montes bercianos son testigos del último o de los últimos períodos fríos que tuvieron lugar en el NO de la Península Ibérica. Según mis datos el último tuvo lugar hace 10.000 años. Las lleras serían formaciones originadas en montes (como El Redondal); que dada su altitud no tenían una gran abundancia de glaciares; pero que si se vieron muy afectados por la climatología típica de zonas muy cercanas a estos. Se dice que las lleras son por tanto consecuencia de un clima peri-glaciar.

De todos modos al margen de su interés desde el punto de vista geológico o de la historia de los cambios climáticos; estos pedregales también resultan tener un cierto interés comercial. El dinero para bien o para mal, sigue “gobernando el Mundo”. No son pocos los que han sido explotados para diversos usos. La explotación implica generalmente que la capa mas o menos extensa y externa de pedregal desaparece y la zona comienza a ser poco a poco colonizada por la vegetación. En realidad este proceso también ocurre de modo natural; pero de modo mucho mas lento. Se puede comprobar viendo imágenes actuales y otros de hace mas de 50 años.

El asunto mas importante, (donde yo quiero llegar), es que existe la creencia generalizada de que la extracción de las lleras influye negativamente sobre las fuentes haciendo que su caudal disminuya. ¿Este esto cierto?. Vamos a verlo.

 

EL AGUA SUBTERRANEA

 

Si nos guiamos por cualquier manual de hidrogeología básica es evidente que en una llera la cantidad de agua por metro cuadrado que se infiltra en el terreno es superior sin duda alguna a la que se infiltra en otros terrenos.

Para hablar con propiedad hay que hablar de números. En El Bierzo una estimación razonable (según mis datos) es que en sus montes podemos obtener al año una pluviometría media de 800 litros por metro cuadrado; pero de los cuales sólo un 15% (120 litros) es el que finalmente sirve para alimentar las reservas de agua del subsuelo, esto es las fuentes y manantiales. El 85% restante se pierde en evaporación directa, en evapotranspiración (plantas), en escorrentía superficial, en las raíces  profundas de ciertos árboles,……. En el caso de las lleras y como he dicho esto no es así porque la escasa o casi nula vegetación de las lleras reduce al mínimo la cantidad de agua que retienen las plantas. Tampoco cabe hablar en el caso de lleras de agua que se desliza por la superficie (escorrentía superficial); hasta ir a parar a ríos o arroyos; porque en estos pedregales que tienen un espesor superior a 1 metro el agua se filtra directamente al subsuelo.

Podemos analizar otros varios fenómenos pero la conclusión es evidente: en una llera el agua que servirá para alimentar las fuentes es superior a los 120 litros por metro cuadrado. ¿Cuál es la cifra exacta?. Como no lo se, nada mas puedo añadir sobre este punto.

Por otra parte hemos de tener en cuenta la superficie total ocupada por una llera o unas lleras en el conjunto total del monte o mejor dicho en el total del terreno que sirve de zona de recarga para un manantial. El caudal de agua que sale en una fuente está afectado por agua recogida en zonas muy distantes. Este es otro punto que habría que precisar matemáticamente.

Hay por ultimo fenómeno que cabe citar. No es muy tratado por lo que yo he visto en los libros  sobre hidrogeología; pero hace ya bastantes años que cayó en mis manos uno que si lo cita. Su autor es un tal Felix Trombe, francés por lo que veo y el título original “Eaux souterraines”. Año 1978. Me estoy refiriendo a las cantidades de agua provenientes de la condensación en el interior del terreno del aire caliente y húmedo.

Como es sabido el aire y a medida que disminuye su temperatura experimenta el fenómeno conocido como condensación, que supone que desprende agua en estado líquido. No se la importancia que este fenómeno puede tener, pero si parece evidente que las lleras son lugares idóneos para que esto suceda. El aire caliente penetra por los huecos existentes entre las piedras hasta una cierta profundidad donde la temperatura es menor que en el exterior facilitando así la condensación; pero de nuevo volvemos a lo mismo, para hablar con propiedad hay que hablar con datos numéricos concretos.

Concluyo pues diciendo que en efecto la retirada de las lleras de nuestros montes va en detrimento de los manantiales; ahora bien decir que porque se retire una llera concreta se pude secar por completo una fuente determinada; es “hablar por hablar”. Sólo si tenemos datos numéricos (muchos) concretos, podremos precisar en que cuantía los manantiales se verán afectados. En realidad nos encontramos ante un problema de hidrogeología y sabido que en este asunto (lo he señalado multitud de veces); aún persisten en amplísimos sectores de la sociedad creencias muy equivocadas y relacionadas con la búsqueda de un bien tan preciado como el agua.

Hace escasos días y en mi propio pueblo pude comprobar (una vez mas); como se realizan sondeos para buscar agua ¡¡ con la ayuda de zahoríes y sus varillas mágicas¡¡. El problema es que para explicar el modo científico y racional, para buscar agua  a una persona digamos corriente; hemos de pasarnos quizá varios meses dando explicaciones. Ciclo hidrológico, porosidad, permeabilidad, coeficiente de almacenamiento, Bernouilli, Darcy, cono de depresiones, potencial hidráulico,….así pues no queda mas remedio que confiar en que como la fina lluvia, a base de tiempo y perseverancia el conocimiento racional de nuestro mundo vaya abriéndose camino. Por esto escribo artículos como este. Una sociedad mal informada es una sociedad manipulada. No lo olvidemos.

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Bembibre, 21 de septiembre de 2.015

Rogelio Meléndez Tercero