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Las donaciones de plasma se disparan en el Bierzo

El programa implantado por el ChemCyL pretende captar a personas que puedan donar plasma varias veces al año y ser autosuficientes en alguno de los hemoderivados

Álvaro García Las donaciones de plasma se dispararon en el Bierzo hasta casi un 80 por ciento más  en el primer semestre del año. Los buenos datos del Bierzo en crecimiento solo son superados por la provincia de Salamanca. En Castilla y León crecen de media hasta un 40% más, 2.346 donaciones, mientras que en el mismo periodo de 2018 no superaron las 1.689. El objetivo que se ha fijado el Centro de Hemoterapia y Hemodonaciones de Castilla y León (ChemCyL) es alcanzar las 4.800 donaciones de plasma o plasmaféresis en 2019.

Por provincias, Salamanca duplicó el número de donaciones hasta llegar a las 333 en el primer semestre. En Ávila se alcanzaron las 288 plasmaféresis, un 67,4 por ciento más que en el mismo periodo del año pasado. La provincia de León aumentó en un 47,6 por ciento las donaciones de plasma, hasta las 245, mientras que en la comarca de El Bierzo la variación fue del 79,3 por ciento, llegando hasta las 208 donaciones, por encima de tres provincias.

“El ritmo de donación es el normal, aunque ha crecido exponencialmente de un año para otro”, explica la directora del ChemCyL, Lydia Blanco, en declaraciones a Ical. La diferencia respecto al año pasado es que el programa se ha ampliado a todos los puntos fijos de donaciones de las provincias pequeñas que no contaban con estos sistemas. Además se incentiva a los profesionales a través de objetivos semanales y mensuales que se controlan periódicamente.

A través de un sistema de captación de donantes, el programa pretende contar con personas que puedan donar varias veces al año, debido a que las plasmaféresis pueden realizarse con más frecuencia. El proceso dura entre 20 y 30 minutos y el paciente “siente lo mismo que en una transfusión de sangre” solo que está conectado a una máquina que extrae la sangre y que separa el plasma de los otros componentes sanguíneos, que son inmediatamente devueltos al paciente. Para poder participar en el programa, las condiciones son las mismas que en la donación de sangre, tener entre 18 y 70 año, pesar más de 50 kilos y no padecer ni haber padecido ninguna enfermedad transmisible en sangre (Hepatitis B o C, SIDA, sífilis, etc.).

La captación se realiza mediante el programa de citación centralizada para donantes de sangre habituales. Está dirigido principalmente a los donantes de los grupos B -por un exceso de donaciones de sangre, que pueden utilizarse para la extracción de plasma- y AB, el donante universal, y por tanto compatible con todos los pacientes. El otro público objetivo al que va dirigido es a las mujeres puesto que tienen la hemoglobina en el límite y una donación total de sangre repetidamente podría provocar anemia. Aunque Blanco matiza que las donaciones de plasma son inocuas por lo que no suponen ese riesgo.

“La demanda de plasmaféresis va en función de las necesidades”, precisa Blanco. Actualmente, el centro se ha fijado como objetivo tener cubierto el 100 por 100 de la producción de albúmina que se demanda en los hospitales de la Comunidad. La albúmina se utiliza para producir uno de los cuatro medicamentos que se producen en Castilla y León, junto con gammaglobulinas intravenosas, factor VIII y alfa-1 antitripsina.

El plasma se puede utilizar también para las transfusiones, para ello se somete a un proceso de inactivación de patógenos o bien a un periodo de cuarentena en el que la muestra se deja a la espera de que el donante vuelva a los tres o cuatro meses, se repitan los análisis y se pueda confirmar que la muestra es negativa.

Autosuficientes en albúmina

Mientras que se pretende ser totalmente autosuficientes en la producción de albúmina, no se busca serlo en la de otros hemoderivados. Actualmente, la producción de albúmina está en torno al 85 por ciento -se ha llegado al 90 por ciento en algunos momentos-, dependiendo de las necesidades que se tengan para medicamentos o transfusiones. En cambio en el caso de la inmunoglobulina, la producción en Castilla y León no superará actualmente el 50 o 60 por ciento, según los datos del ChemCyL.

Debido a que los números varían en función de las necesidades, explica la directora, ahora mismo registran esas cifras porque es el objetivo que se han fijado para la utilización de ese hemoderivado, pero puede que, por las investigaciones que algunos laboratorios están llevando a cabo para ver si podría contribuir a la ralentización del alzheimer, necesiten más. O por el contrario, que disminuyan si se está utilizando en exceso.

En comparación con el resto de comunidades, Castilla y León “está bien posicionada”, junto con el País Vasco, Galicia y Castilla-La Mancha. “En otras comunidades es más difícil hacerlo porque los presupuestos no permiten campañas de captación tan exhaustivas ni programas proactivos” dijo la directora del ChemCyL.