Las campanas de la Encina se preparan para afrontar el futuro en perfectas condiciones. Gracias a la Asociación Nuestra Señora de la Encina, integrada por un grupo de ponferradinos devotos de la Virgen y guardianes de la Basílica, este viernes se ha iniciado el traslado de cinco de las trece campanas del templo al que es considerado uno de los mejores talleres de España para la restauración y cuidado de estos instrumentos musicales, Campanas Quintana, ubicado en Saldaña.
Para desmontar las campanas y bajarlas de la torre a lo largo del día se ha establecido un dispositivo en el que ha participado una grúa de grandes dimensiones y varios operarios. lo que ha desatado la curiosidad el barrio que asistía desde la plaza y los balcones a la operación. Así, poco a poco y con mucho cuidado, han ido descendiendo de las alturas la campana María, de 500 kilos de peso; la campana de Fuego o de Santa Bárbara, con 450; la campana de Santo Toribio, de 420 kilos, y la de Nuestra Señora de Bécares, con 430, las cuatro de forma romana. Les ha seguido el esquilón Virgen de la Aquiana, con 320 kilos.
En Saldaña todas ellas serán puestas a punto. Principalmente se les cambiarán los yugos metálicos por otros de madera para evitar las vibraciones en los muros y para un mejor volteo. También se les dotará de apoyos y badajos nuevos, así como de electromartillos. Además, la restauración no solo afectará a la campanas sino a todo el campanil, pues en el mismo quedará instalado un armario con una central electrónica. Todo ello no impedirá el toque manual cuando así se desee.
Porque frente a las agresivas electrificaciones de los campanarios en los años 50 y 60, en la actualidad se está aplicando un nuevo concepto de restauración, que incluye la conservación o la reposición de las instalaciones tradicionales y la posibilidad de reproducción de los toques antiguos sin que los mecanismos impidan los toques manuales.