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Laciana elimina el rastro de las explotaciones a cielo abierto: finalizada la restauración de Fonfría

Los trabajos han contado con un presupuesto de obras de 8.887.891,54 euros y tenían un plazo de ejecución de 18 meses por lo que tendrían que haber estado finalizados en noviembre de 2018
Imagen del cielo abierto de Fonfría a finales del mes de mayo de 2019.

Fue la explotación a cielo abierto de El Feixolín la primera que fue restaurada. De hecho los trabajos concluyeron a finales de 2015 y este mismo verano han finalizado las tareas de reforestación en el otro cielo abierto que existía en el municipio de Villablino: Fonfría -Caboalles de Abajo-, tal y como han asegurado a este medio de comunicación fuentes de la Junta de Castilla y León y de la empresa Transformación Agraria Sociedad Anónima (Tragsa), a quien, por parte de la administración autonómica, se le encomendaron ambas actuaciones.

Con los dos cielos abiertos restaurados, la comarca de Laciana parece haber eliminado los rastros que las explotaciones dejaron en el municipio, recuperando así su estado natural porque el objetivo era precisamente ese: recobrar el valor medioambiental de ambas zonas en base a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 24 de noviembre de 2011. En dicha sentencia se condenó al Reino de España por incumplir varias directivas medioambientales respecto a los cielos abiertos de las comarcas de Laciana y Babia. Fue la propia Junta de Castilla y León quien asumió la ejecución subsidaria de las tareas de restauración tras la liquidación de Coto Minero Cantábrico con el fin de evitar posibles multas por parte de Europa.

Los trabajos en el cielo abierto de Fonfría, que han contado con un presupuesto de obras de 8.887.891,54 euros, tenían un plazo de ejecución de dieciocho meses, y aunque tenían que estar finalizados a 30 de noviembre de 2018, “sufrieron paralizaciones en época invernal por acumulación de nieve en los accesos y en la zona de actuación. Por este motivo también se autorizaron dos prórrogas”, afirman fuentes de la Junta de Castilla y León.

De esta forma, las labores, divididas en cinco capítulos -movimiento de tierras, red de drenaje, demolición y gestión de residuos, restauración vegetal y seguridad y salud- se realizaron sobre una superficie de 246,76 hectáreas, si bien es cierto, el objetivo final era la revegetación del terreno por lo que se llevaron a cabo actuaciones de repoblación forestal en aproximadamente 200 hectáreas, hidrosiembra -84,88 hectáreas- e hidromanta -tres hectáreas- y plantaciones leñosas arbustivas en taludes conformados -dos mil cien unidades-.

Además se ejecutó la plantación de leñosas arbustivas en setos -dos hectáreas-. Se implantaron con el objetivo de delimitar zonas con importantes diferencias de desnivel y dar frutos de alto contenido energético en otoño que permite a la fauna silvestre recuperarse del período de cría y prepararse para el bache de alimentación invernal; algo especialmente importante en el caso del oso o del urogallo. Se acometió también la creación de praderas -seis hectáreas- ya que los pastos naturales poseen un altísimo valor ecológico, económico y social además de servir de alimento a la fauna silvestre, incluso para determinadas especies en peligro de extinción, como el oso.

La generación de empleo

El cierre de las explotaciones a cielo abierto supuso una notable pérdida de puestos de trabajo en la comarca de Laciana. Para intentar paliar la situación, en cierta manera, una demanda del propio municipio siempre ha sido que las contrataciones que se llevasen a cabo para afrontar los proyectos de restauración fueran con trabajadores del municipio. TRAGSA, y según datos de la propia empresa, habría contratado a treinta y ocho lacianiegos durante los años 2016, 2017 y 2018 -a falta de conocer las cifras de 2019-.

Y precisamente en este punto se ha querido pronunciar el alcalde socialista de Villablino, Mario Rivas, quien ha confesado que finalmente “el número de contrataciones no ha sido el esperado aunque éramos conscientes de que se trataba de un trabajo temporal”. Además, el regidor confía en que “la Junta de Castilla y León haya velado porque el proyecto de restauración se ejecutase en las condiciones que se habían acordado inicialmente”. Ahora, con los dos cielos abiertos restaurados Rivas espera que “más adelante se puedan dar otro tipo de aprovechamientos para esas zonas como pueden ser ganaderos, madereros o incluso turísticos”.