PREMIOS MUJER 2024

La torre de La Encina, un escalón más cerca de convertirse en el balcón de Ponferrada

La segunda fase de las obras en conmemoración al 400 aniversario de la finalización de la torre de la basílica atajará el problema que suponen las escaleras para convertir su campanario en un importante reclamo turístico para la ciudad. El presupuesto total para hacerlas seguras y accesibles podría llegar a los 200.000 euros lo que alargaría las actuaciones, por lo menos, seis años
Torre de la basílica de La Encina
Torre de la Encina. / QUINITO

El rector de la basílica de La Encina, Antolín de Cela, lleva años soñando con hacer en el edificio más emblemático a nivel religioso y turístico de la capital del Bierzo un museo y un mirador. Ambos parecen estar cada vez más cerca de hacerse realidad. El próximo mes de octubre se dará comienzo a la segunda fase de las obras, de las ocho que están previstas, dentro de la conmemoración de los 400 años de la finalización de la torre de la basílica.

Durante los dos meses que se espera que duren esas obras, se irán remodelando, peldaño a peldaño, las escaleras que ascienden al campanario hasta que se agoten los escasos fondos que destina Diputación y la aportación del órgano rector de la Basílica. “Cada año la ,Diputación concede 10.000 euros para restauración y el órgano rector aporta otros 3.310 euros. El coste de las reparaciones que se tienen que llevar a cabo es mucho más elevado por lo que nos vemos obligados a ir plan a plan, haciendo lo que podemos. Ya solo en montar los andamios se nos va mucho dinero”, explica el arquitecto del proyecto, Gerardo Arias.

Hasta que ambos proyector se hagan realidad, El Bierzo Digital te muestra en qué punto están el museo y la torre. / QUINITO
Hasta que ambos proyector se hagan realidad, El Bierzo Digital te muestra en qué punto están el museo y la torre. / QUINITO

A pesar de ser cantidades modestas, que las ayudas tengan una periodicidad anual, desde hace más de una década, ha permitido llevar a cabo ya unas cuantas intervenciones. “Además, somos conocedores de la magnitud de las obras que deben acometerse e intentamos ajustarnos a un coste asequible”, asegura Arias. La mayoría de esas actuaciones han sido de puesta a punto y pasan inadvertidas para la ciudadanía. Lo más visible, el tejado, que luce completamente nuevo. “Era necesario cambiarlo para evitar goteras y que no se dañe la estructura del edificio”, defiende el arquitecto. Además, se ha dado acceso al bajo cubierta y se han construido una serie de pasarelas de madera para controlar que el tejado se mantiene en perfecto estado o para acceder con mayor facilidad a una filtración de agua, en caso de que se llegara a producir”.

Detalle del tejado restaurado de la basílica de La Encina. / QUINITO
Detalle del tejado restaurado de la basílica de La Encina. / QUINITO

 

Tejado restaurado de la basílica de La Encina. / QUINITO
Tejado restaurado de la basílica de La Encina. / QUINITO

 

El arquitecto de las obras (D) y el párroco Miguel Ángel Pérez mostraron a El Bierzo Digital el bajo cubierta del tejado de la basílica de La Encina. / QUINITO
El arquitecto de las obras (D) y el párroco Miguel Ángel Pérez mostraron a El Bierzo Digital el bajo cubierta del tejado de la basílica de La Encina. / QUINITO

 

Estructura de vigas de madera que sostiene el tejado de la basílica. / QUINITO
Estructura de vigas de madera que sostiene el tejado de la basílica. / QUINITO

 

Espacios inaccesibles de la bajo cubierta que se abrirán para facilitar el acceso a posibles goteras. / QUINITO
Espacios inaccesibles de la bajo cubierta que se abrirán para facilitar el acceso a posibles goteras. / QUINITO

 

Por otro lado, las obras más vistosas se mantienen en una espera paciente hasta que llegue el momento en que sean ellas las protagonistas. El museo podría decirse que está prácticamente acondicionado a falta de llenarse de contenido. Mientras tanto, las escaleras están listas para su reposición. “El coste completo podría superar, según mis estimaciones, los 180.000 euros y contamos con partidas de 13.000 euros cada año… La falta de dinero retrasa todos los trámites y calculo que no estarán listas antes de seis años”, estipula Arias. Otro tema es conseguir los permisos de accesibilidad y visitabilidad, no por imposibles si no porque prolongarán algún tiempo más que bercianos y turistas suban a contemplar las maravillosas vistas desde lo alto de la torre a las que sólo tienen acceso por ahora alguna paloma.

 

Interior del futuro museo de la basílica. / QUINITO
Interior del futuro museo de la Basílica. / QUINITO

 

El arquitecto de las obras (de espaldas) y el párroco (D) explicando a El Bierzo Digital el futuro del museo. / QUINITO
El arquitecto de las obras (de espaldas) y el párroco (D) explicando a El Bierzo Digital el futuro del museo. / QUINITO

 

Dos de los espejos que componen el camarín de la Virgen de La Encina, el de la derecha restaurado y el de la izquierda a la espera de financiación para ser restaurado. / QUINITO
Dos de los espejos que componen el camarín de la Virgen de La Encina, el de la derecha restaurado y el de la izquierda a la espera de financiación para ser restaurado. / QUINITO

 

Otra de las salas del futuro museo, vacía. / QUINITO
Otra de las salas del futuro museo, vacía. / QUINITO

 

Imagen de la escalera de caracol de la torre de la basílica. / QUINITO
Imagen de la escalera de caracol de la torre de la Basílica. / QUINITO

 

A medida que asciendes los escalones éstos se vuelven más estrechos e inclinados. / QUINITO
A medida que se asciende los escalones se vuelven más estrechos e inclinados. / QUINITO

 

Algunos tramos de escalera están iluminados por la luz que entra de las pocas ventanas de la torre pero otros permanecen totalmente a oscuras. / QUINITO
Algunos tramos de escalera están iluminados por la luz que entra de las pocas ventanas de la torre pero otros permanecen totalmente a oscuras. / QUINITO

 

El desgaste de los tablones de madera y la acumulación de palomina y polvo hacen complicado llegar hasta lo alto de la torre. / QUINITO
El desgaste de los tablones de madera y la acumulación de palomina y polvo hacen complicado llegar hasta lo alto de la torre. / QUINITO

 

En la imagen se aprecia la diferencia de iluminación en los diferentes tramos de escalera. / QUINITO
En la imagen se aprecia la diferencia de iluminación en los tramos de escalera. / QUINITO

 

Barandilla de la escalera de la torre. / QUINITO
Barandilla de la escalera de la torre. / QUINITO

 

Los párrocos son prácticamente los únicos que siguen teniendo acceso al campanario aunque el sistema eléctrico de tocar las campanas hace que cada vez sean menos los que suben a la torre. / QUINITO
Los párrocos son prácticamente los únicos que siguen teniendo acceso al campanario aunque el sistema eléctrico de tocar las campanas hace que cada vez sean menos los que suben. / QUINITO

 

Vista desde abajo de las escaleras que ascienden a la torre de la basílica. / QUINITO
Vista desde abajo de las escaleras que ascienden a la torre de la basílica. / QUINITO

 

Las escaleras no llegan hasta lo alto de la torre, hay un escalón de más de medio metro de desnivel hasta alcanzar el balcón de la torre. / QUINITO
Las escaleras no llegan hasta lo alto de la torre, hay un escalón de más de medio metro de desnivel hasta alcanzar el balcón. / QUINITO

 

Imagen tomada de las escaleras desde lo alto de la torre. / QUINITO
Imagen tomada de las escaleras desde lo alto de la torre. / QUINITO

Los tablones de madera que componen las actuales escaleras han sufrido cientos de años los paseos de los campaneros, las palomas, la humedad, incluso, la carcoma. A pesar de ello, ¡no están tan mal! A día de hoy todavía son transitables con alguna que otra dificultar pero no revisten, ni por asomo, la seguridad necesaria para que cualquier curioso pueda ascenderlas y disfrutar de las vistas de la capital berciana que aguardan en lo alto del campanario. “Al final de las obras sí habrá esas condiciones de seguridad que permitan que sea una torre visitable siempre que se haga en grupos muy reducidos y controlados”, tranquiliza el arquitecto. Pero por ahora, tendremos que conformarnos con estas imágenes tomadas por el fotógrafo de El Bierzo Digital, Quinito, hasta que el acceso a la torre sea seguro, controlado y libre.

basílica de la encina
Llegada a lo alto de la torre. / QUINITO

 

basílica de la encina
El arquitecto de las obras a espaldas de la estructura de madera que recubre las escaleras y la puerta que da acceso a la torre. / QUINITO
basílica de la encina
Vistas de la plaza de La Encina desde la torre. / QUINITO
basílica de la encina
Vistas de la plaza de La Encina desde la torre. / QUINITO
basílica de la encina
Vistas del Castillo de los Templarios desde la torre de La Encina. / QUINITO
basílica de la encina
Vistas del Castillo de los Templarios desde la torre de La Encina. / QUINITO
basílica de la encina
Vistas del Castillo de los Templarios desde la torre de La Encina. / QUINITO

 

basílica de la encina
La torre del reloj, otro de los símbolos de Ponferrada. / QUINITO
basílica de la encina
La torre de la rosaleda, al fondo. / QUINITO
basílica de la encina
A penas se pueden leer las inscripciones en bronce de las campanas de la torre por la cantidad de excrementos de paloma. / QUINITO
basílica de la encina
Las inscripciones llevan el nombre de algunos de los párrocos de la basílica a lo lago de la historia. / QUINITO
basílica de la encina
Otras tienen inscritas parte de oraciones, el año en que fueron fundidas o nombres referentes a la localidad en que estén situadas. / QUINITO

 

basílica de la encina
La mayoría, acumulan el palomino de las aves, que son las pocas que por ahora disfrutan de las vistas de la torre. / QUINITO

Fotogalería Completa