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Las rocas de la Tierra guardan una historia asombrosa. En su interior, protegen celosamente los vestigios de épocas muy remotas en las que ha habido otros seres vivos muy diferentes a los actuales. Desvelar estos secretos no es nada sencillo, los geólogos los investigan utilizando gran variedad de técnicas que les permiten acercarse a estos misterios.
En esta nueva serie de artículos sobre la Tierra, trataré de acercaros algunos de estos conocimientos asombrosos sobre nuestro planeta. Y voy a comenzar desde el principio de los principios, desde el mismísimo origen de nuestro planeta, el origen de la Tierra.
La teoría más aceptada habla de la existencia de una nube de gas y polvo compuesta principalmente de hidrógeno y helio (que son los materiales que generaron las primeras estrellas del universo) que, en un momento dado, probablemente debido a la explosión de una supernova (una estrella de gran tamaño que al agotar todo su material reactivo acaba explotando dando lugar a la generación de elementos más pesados como el oxígeno, aluminio, silicio, hierro…) se produjeron remolinos que constituyeron el origen del Sol y de los planetas del Sistema Solar.
La Tierra surgió en uno de estos remolinos. Los materiales comenzaron a agruparse por acción de la gravedad y de la turbulencia producida por la supernova, dando lugar a una esfera que al principio se encontraba a temperaturas que mantenían todos los materiales fundidos. Poco a poco se fue enfriando, se cree que hace unos 4.300 Ma el agua que se encontraba en esta esfera evaporándose junto al CO2, fue atrapada por la gravedad de la Tierra constituyendo la primera atmósfera de nuestro planeta. La Tierra seguía enfriándose, y se produjeron las primeras tormentas que duraron unos 300 Ma. Este eterno fenómeno atmosférico dio origen a los primeros océanos que cubrieron más del 90% de la superficie total del planeta.
Aunque parezca increíble, el océano por aquel entonces era de color verde debido a la gran cantidad de hierro que poseía y los cielos eran rojos por su contenido en CO2.
Las primeras rocas de este planeta eran todas volcánicas, hasta que hace unos 3.500 Ma emergieron grandes masas esferoidales de granito por todo el planeta (los geólogos las llamamos batolitos). Estos batolitos se generan como grandes burbujas de material fundido que, por su densidad menor que el resto de materiales circundantes, ascienden como un globo hacia la superficie del planeta. Estas burbujas de granito eran de mayor dureza que el resto de rocas; lo que provocó la formación de las primeras cortezas continentales. Las cadenas de volcanes submarinas, al seguir expulsando material, crearon más corteza oceánica que se expandía chocando contra las nuevas rocas de granito. Estas tensiones entre la corteza oceánica y la corteza continental granítica produjeron las primeras fracturas a lo largo y ancho de toda la corteza terrestre provocando la aparición de lo que se conoce hoy en día como placas tectónicas.
Este proceso de creación de corteza continental duró desde hace unos 3.500 Ma hasta hace unos 2.500 Ma aproximadamente y dio lugar a los primeros continentes. Todavía hoy en día quedan restos de estas primeras masas graníticas; por ejemplo, en el sur de África.
Estos restos de la Tierra primigenia permiten que los geólogos puedan analizarlos y hacerles muchas pruebas diferentes, para así, ir recabando información y poder reconstruir la historia del planeta a base de teorías.
Imagen adaptada de http://facweb.furman.edu/~wworthen/bio111/3earth.jpg
Se cree que los primeros seres unicelulares aparecieron en las profundidades marinas casi desde el comienzo de la existencia de los océanos primigenios. Estos seres primitivos, sobrevivieron arropados al calor de las chimeneas volcánicas submarinas que aportaban, además de temperatura, muchos nutrientes. La aparición de las masas continentales y de las zonas marinas poco profundas fue un escenario precioso para la explosión de la vida.
Los primeros seres complejos que transformaron el planeta fueron enormes colonias de algas en forma de grandes balones denominados estromatolitos; que se encontraban poblando los mares someros primigenios. Estos seres se nutrían de la luz solar, y fueron los primeros productores de oxigeno; estamos ante el nacimiento del famoso proceso conocido como fotosíntesis. Todavía existen hoy en día estas formas de vida primigenias (los estromatolitos) en varios mares del planeta.
Fuente: http://www.dmp.wa.gov.au/Images/Community-Education/GSWA_stromatolites_01_rdax_620x465.jpg
Estas enormes colonias de algas produjeron durante unos 2.000 Ma más de 20.000 billones de toneladas de oxígeno. Al principio este gas se diluía en los océanos disolviendo, a su vez, miles de millones de toneladas de hierro. Con el tiempo, el oxígeno pasó a llenar la atmósfera y a transformar el planeta.
En un periodo que pudo durar unos 500 Ma de años, el oxígeno hizo que se precipitase el hierro de los océanos; transformando a estos y haciendo que su color verde desapareciese, dando paso al color azul que hoy en día conocemos. En la atmósfera, el oxígeno reaccionó con el CO2 retirando a este último de la atmósfera hasta quedarse en cantidades similares a las actuales. De este modo, el cielo dejó de ser rojizo y pasó a reflejar los hermosos tonos azules de los océanos.
Estamos en unos 1.500 Ma antes de nuestra era; los continentes se siguen formando y los volcanes submarinos continúan expulsando rocas volcánicas hacia los fondos oceánicos manteniendo las tensiones que provocan el movimiento de las placas tectónicas y la formación de grandes cadenas montañosas y fosas submarinas.
Creo que es un buen momento para dejar a nuestro planeta en formación hasta el próximo artículo, donde veremos como han ido evolucionando los continentes hasta tener la forma de hoy en día y localizarse donde están. También veremos que ha pasado con la vida y con muchos otros procesos asombrosos.
¡Espero que nos veamos antes del próximo millón de años!
Me ha encantado el articulo. Muy interesante y fácil de entender.
Gracias David por contarnos las cosas con tanta pasión y amor.