La Policía Municipal de Ponferrada y el Ayuntamiento han puesto en marcha este viernes un plan especial de vigilancia de los árboles frutales en las pedanías de Dehesas y Fuentesnuevas para evitar la picaresca que se repite cada año, pasarse por una finca ajena a “recolectar” los frutos a los que ellos no han dedicado sus horas de trabajo. Los cuerpos de seguridad municipal serán los encargados de patrullar, de noche y de día, de paisano y de uniforme, las más de 100 hectáreas de árboles frutales de ambas localidades, prestando especial atención a las noches de luna llena en las que los cacos están más activos.
Policía y propietarios de las fincas estarán en contacto a través de una línea de comunicación directa para alertar de cualquier sospecha o intento de robo. “Distribuiremos los dispositivos de vigilancia en función de las incidencias que se produzcan. Como mínimo habrá dos patrullas porque tenemos que racionalizar el servicio atendiendo a la escasez de efectivos de los que disponemos”, declaró el Mayor de la Policía, Arturo Pereira.
Las horas más propensas a sufrir robos, según los productores hortofrutícolas van entre las 13 y las 15 horas y la noche. “Es difícil cuantificar cuánto pueden robarnos porque lógicamente no tenemos las peras y las manzanas contadas pero es una cantidad significativa cada año. No suelen dañar los árboles pero si hay alguna nave cerca de la finca también aprovechan para llevarse algo. Entran hasta con furgonetas a las plantaciones y se llevan todo lo que les da tiempo a coger”, recrimina el presidente de la cooperativa Central Hortofrutícola del Bierzo (Cefrubierzo), Ángel Gallego.
El segundo tipo de “ladrones” más recurrente “es el que pasa al lado de los árboles y se lleva una bolsa de fruta”, diferencia Pereira. “Hay gente que ya no tiene patatas ni pimientos. La gente gasta su tiempo y su dinero en cultivar unos productos que a la hora de cosechar le han robado”, asegura la pedánea de Fuentesnuevas, Mari Crespo.
En total, Cefrubierzo reúne a 44 socios que esta campaña respirarán más tranquilos por su cosechar. Aunque las inclemencias meteorológicas y las plagas vayan a suponer una reducción de los 4,2 millones de kilos de pera y manzana cosechados el año pasado a los 3 millones de kilos, su producción estará segura. La campaña se extenderá hasta el final de la recogida de la pera y la manzana, a finales de octubre.