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La plaga de Lagarta Peluda ha abandonado, “felizmente”, Fresnedo

Esta especie de mariposa llegó en 2012 a los bosques de Fresnedo y ha arrasado más de 140 hectáreas solo en los bosques comunales de la Junta Vecinal. La Universidad de León ha realizado una investigación pionera a nivel mundial de la que ha sustraído importantes claves cara al futuro
La profesora de la ULE y responsable de la investigación en el pinar berciano, Flor Álvarez Taboada

M. Alija Tras tres años de infestar los pinos de Fresnedo y Villanueva, la población de mariposa Lagarta Peluda (Lymantria Dispar) ha colapsado y remitido a niveles aceptados por el bosque. Así lo han anunciado los profesores de la Universidad de León que llevan estudiando el insólito caso de Fresnedo desde el año pasado. “Nos ha abandonado, felizmente”, añadió el pedáneo de la localidad, en la presentación, este miércoles, de los resultados de los investigadores.

El caso es insólito, en cuanto a que este tipo de mariposa no suele alimentarse a base de Pino Radiata, especie que crece en los bosques comunales de la Junta Vecinal de Fresnedo, sino de encinas, robles y chopos. Solo hay otros dos casos a nivel mundial en los que una plaga de mariposas Lymantria haya devastado al Pino Radiata, la primera en los años 50 en Pontevedra y la segunda en los 80 en Portugal, y eso a pesar de que existen grandes superficies de esta especie en casi todo el globo terráqueo. Este insecto produce la defoliación de los árboles y, en el caso del pino, la muerte. Resultado en Fresnedo: 140 hectáreas dañadas y más de 20 han sido roturadas, eso sin contar los terrenos privados.

En 2014, la Pedanía de Fresnedo, amedrentada por la evolución de la plaga y la escasa información sobre ésta, firmó un convenio con la Universidad de León para que estudiasen a fondo la cuestión, o como comentó el pedáneo: “para conocer al enemigo”. Los técnicos de la Junta habían visitado la zona afectada y aconsejaron no preocuparse en exceso porque la plaga de Lymantria tenía un ciclo de duración de tres años y los árboles no morían. Como señaló el pedáneo, acertaron en lo primero y erraron en lo segundo, los árboles, al menos los pinos, sí mueren. Precisamente los cálculos de la Junta fueron desacertados porque se basaban en predicciones basadas en plantas frondosas (encinas, robles…), cuyas hojas se renuevan y por tanto el árbol no muere.

Lymantria 1

El convenio, de 3.751 euros, ha sido sufragado por la pedanía con la única ayuda del Ayuntamiento de Cubillos del Sil. Hoy, 11 de marzo, los científicos de la ULE han presentado las conclusiones más importantes a las que han llegado y cuyo informe pasará a ser pionero, por ser el primero en elaborarse de forma exhaustiva de este fenómeno.

El cómo y el por qué

En primer lugar, quisieron determinar dónde se originó la plaga, cómo y por qué. A través de imágenes del satélite Rapideye (radar de vitalidad de la vegetación), apoyadas por las de drones, se reconstruyó la situación de los pinares entre abril de 2012 y agosto de 2014, haciendo el seguimiento quincenal de la plaga en los meses que estuvo activa. En estas imágenes se determinó el primer ataque de la oruga en verano de 2012, que se pudo deber a que 2011 fue extremadamente cálido (+3º C en primavera), lo que implicar  un aumento de la población, que se vio de nuevo favorecida porque en 2012 la primavera fue seca y cálida, aumentando el número de larvas y originando una defoliación muy visible en 2012.

Imagen satélite de las zonas afectadas por lymantria
Imagen satélite de la primera detección de lymantria a niveles anormales

Las condiciones favorables de 2012 hicieron que las puestas aumentasen mucho ese año y la población “explotase” en 2013. La defoliación máxima se produjo entre el 12/6/2013 y el 31/7/2013 (expansión al Oeste del foco principal).

Ejemplares sobrevivientes

Uno de los aspectos más importantes es determinar que árboles mueren y cuáles no para en un futuro talar los que no tengan posibilidades y atajar la expansión de la plaga. Los trabajos de campo de los profesores de la ULE determinaron que son los árboles con un crecimiento radial de más de 2 mm los que sobreviven con una probabilidad de acierto superior al 75 por ciento. Eso quiere decir que de 100 árboles que les auguren un final fatal, 75 de ellos seguro que morirán. “Si esto lo hubiésemos sabido, los hubiéramos talado”, señaló Taboada.

La dieta de las lymantrias

En tercer lugar, los científicos cogieron 100 larvas de mariposa Lagarta Peluda y las alimentaron con distintas especies de árboles, ya que a ésta larva no se le asociaba con el pino. Se le dieron las variedades preferidas, históricamente, por estas mariposas, encinas, robles, chopos y también su anfitrión en Fresnedo, Pino Radiata. Resultado, la Lagarta Peluda engorda y crece más con el pino y “eso es buenísimo para cualquier larva”, comentó Taboada.

El colapso de las mariposas

“En 2014 la población de las lymantrias colapsa”, aseguró la responsable de la investigación. En más de 80 salidas de campo así lo comprobaron, y la pregunta que les acechó fue: por qué. En un principio no había enemigos naturales a la plaga, a partir del tercer año aparecieros parásitos y depredadores de huevos y orugas que pusieron en jaque a las mariposas.

Otra de las constataciones empíricas fue la captura sistemática de ejemplares adultos, en las muestras aparecían 1.000 machos por cada muy pocas hembras, “este es un claro síntoma de las poblaciones a punto de colapsar”.

¿La misma especie o una nueva?

En vista de que la Lagarta Peluda no ataca a los pinos, más allá de los dos casos anteriormente citados, y el singular comportamiento de voracidad y ciclos de vuelo diferentes, los investigadores se preguntaron si sería la misma especie, una nueva, o la Lymantia Dispar de origen asiático, mucho más destructora que la europea.

El análisis de los genes de los ejemplares recogidos determinaron que se trata del mismo espécimen europeo al que se está acostumbrado en otras partes de España y del Mundo.