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La N-536, que une el Bierzo y Valdeorras, sigue siendo de los peores “puntos negros” por accidentes en la provincia

La comunidad de Castilla y León concentra uno de cada cinco de los 'puntos negros' de la red estatal de carreteras
Un hombre resulta herido tras volcar el camión articulado que conducía en la VA-30, a la altura de la rotonda de La Cistérniga. / R. Cacho

Castilla y León concentra uno de cada cinco ‘puntos negros’ de la red estatal de carreteras, según un informe de la Asociación Europea de Automovilistas (AEA) que sitúa en las carreteras de la Comunidad 41 de los 190 tramos más peligrosos. Además, el tramo más peligroso se localiza en La Cistérniga (Valladolid), en la rotonda de la N-122 y la A-11, con un índice de peligrosidad que supera en 423 veces la media nacional.

En el informe, elaborado en base a la siniestralidad del periodo 2011-2015, contabiliza en estos 40 tramos de la Comunidad 157 accidentes con víctimas y 233 heridos, mientras que a nivel nacional son 1.306 siniestros y 2.044 víctimas. En el caso de la salida de Valladolid por la carretera de Soria, el estudio alerta de que entre los kilómetros 358 y 359 de la N-122 se registraron en este periodo 34 accidentes con un balance de 52 víctimas.

El tramo de carretera que a nivel nacional contabiliza un mayor número de accidentes y víctimas es el kilómetro 12 de la A-55, a la altura de Mos, en Pontevedra, y sigue ostentando el récord nacional de accidentalidad con 110 accidentes y 189 víctimas. En el caso de Castilla y León el punto con más víctimas se sitúa en el kilómetro 239 de la N-620, a la altura de Castellanos de Moriscos (Salamanca), donde se contabilizaron 12 accidentes con 27 víctimas.

Por provincias, Salamanca, con trece tramos repartidos entre las N-501, N-620, y N-630, se sitúa a la cabeza, por delante de León con ocho, de los que cuatro se ubicados en la N-6 y el resto en la N-536 (que une las comarcas del Bierzo y Valdeorras), N-625 (entre Mansilla de las Mulas y Arriondas) y N-621 (discurre entre León y Unquera). En Burgos son cinco los tramos, cuatro en la N-232 y uno en la N-210, y en Ávila, cuatro, tres en la N-502 y uno en la N-501.

En el lado contrario se sitúan Segovia (N-110) y Zamora (N-630), ambas con un tramo, seguidas de Soria con dos (N-110 y N-122); Palencia, con tres, (N-120, N-611 y N-622), y Valladolid con cuatro (N-122, N-620 y N-601).

El informe de la AEA se apunta que a pesar de haberse mantenido estable el indice de peligrosidad Medio de las carreteras españolas, han aumentado los tramos en los que se supera en más de diez veces la media nacional. Así, en el informe del año pasado aparecieron 140 puntos frente a los 190 localizados este año, mientras que en Castilla y León pasa de 29 a 41. Este hecho evidencia, en opinión de AEA, que la reducción presupuestaria destinada al mantenimiento de las carreteras está afectando negativamente a la seguridad vial de nuestro país”.

En este sentido, desde la AEA se advierte que si mantienen los recortes presupuestarios en la conservación de la red de carreteras, se puede producir un “indeseado” repunte de la siniestralidad.

Autopistas

En cuanto a las autopistas de peaje, sólo tres tramos de las que transcurren por Castilla y León aparecen entre los 40 más peligros. El que mayor víctimas acumula es el kilómetro 100 de la AP-6, en el peaje de Sanchidrián (Ávila), donde se contabilizaron 18 en ocho accidentes, aunque el presenta un mayor índice de peligrosidad (33) se sitúa en el kilómetro 17 de la AP-71.

El otro ‘punto negro’ de las autopistas en Castilla y León se localiza también en la provincia de León, pero en este caso en el kilómetro 127 de la AP-66.

En Toledo se encuentra el tramo de autopista más peligroso, concretamente en el kilómetro 33 de la AP-41, a la altura de la Sagra. Este punto tiene el mayor índice de peligrosidad (108,5), superando 19 veces el índice nacional medio. Por su parte, en Barcelona se encuentra el tramo con un mayor número de víctimas. En el kilómetro 161 de la AP-7 se contabilizaron en el periodo analizado 81 accidentes y 108 víctimas.

La AEA destaca en su informe que se ha producido una mejora en la seguridad de este tipo de viales, al reducirse en un 11 por ciento sus índices de peligrosidad, que han pasando de 6,3 a 5,6.

Aún así, en el periodo analizado se han localizado 40 tramos de autopistas de peaje que tiene unos índices de peligrosidad que superan cuatro veces el índice de peligrosidad medio, en los que en cinco años se han registrado 626 accidentes y 1.034 víctimas, la mayoría de ellos de carácter leve (983).