La marcha minera que arrancó el pasado domingo en el municipio berciano de Toreno, en la que participan más de medio centenar de trabajadores de las contratas y fijos de la empresa matriz que quedarán fuera del plan social del nuevo Acuerdo del Carbón, llegará este jueves a Oviedo tras cinco días y más de 150 kilómetros de camino por los “pueblos abandonados” de las cuencas mineras de León y Asturias. A menos de 20 kilómetros de su destino, al que prevén llegar a mediodía, Marcelino Menéndez, el portavoz de la plataforma Santa Bárbara, que agrupa a estos trabajadores, aseguró que la ‘ley verde’ que prepara el Gobierno y el consecuente cierre de minas y centrales térmicas “es una ley negra que supone un luto total para León y Asturias”.
Al respecto, la marcha hizo su última parada en el municipio de Morcín, a 16 kilómetros de la capital asturiana, donde los mineros fueron recibidos por el alcalde y exsecretario general de la Federación de Industria de CCOO en Asturias, Maximino García. Una vez llegados a Oviedo, la plataforma marchará por las calles de la ciudad hasta la plaza de España, donde espera reunirse con el consejero de Industria del Principado, Isaac Pola, así como con la directora general de Minas, Belarmina Díaz.
En ese sentido, Menéndez reclamó el apoyo de fuerzas políticas y sindicales para que las demandas del colectivo en favor de una “transición justa de verdad” lleguen al Gobierno y al Congreso de los Diputados. “Esto hay que trasladarlo a Madrid y son ellos los que lo tienen que hacer”, reclamó el portavoz de la plataforma, que lamentó que hasta ahora las “palabras y muestras de apoyo” recibidas no se hayan transformado en hechos.
En ese sentido, valoró el apoyo y la presencia de algunos dirigentes de Podemos en la marcha, así como sus gestiones para reunirse con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y plantearle las reivindicaciones del colectivo. “Vamos a llegar a donde podamos”, aseguró. Igualmente, lamentó la “tensión” entre la plataforma y los sindicatos mayoritarios, con los que querían contar para la protesta. “O remamos todos en la misma dirección o hundimos el barco”, se quejó Menéndez.
Tras pasar los últimos cinco días recorriendo a pie la cuenca minera del Bierzo y Laciana, así como la vertiente asturiana, Menéndez reconoció que “el cansancio se acumula” al ritmo que pasan los kilómetros y lamentó el estado de “abandono” de los pueblos vinculados al carbón. “La realidad está ahí, alguien hizo mal su trabajo”, concluyó.
Si los políticos tuvieran que sobrevivir con los salarios de miseria que tiene la gente No enchufada, tendrían menos prisa en cerrar minas y térmicas…