EBD La asesina confesa de Isabel Carrasco justificó su acto en que “la mala hierba debe cortarse. Tan solo he hecho justicia”, según expresó Monserrat González a los psiquiatras que la evaluaron tras sus detención, según han confirmado fuentes jurídicas.
Según González y su hija Triana Martínez, Isabel Carrasco habría intentado besar a esta última, y tras recibir una negativa de ella le habría dicho: “Piensa lo que haces, conmigo tienes mucho que ganar y poco que perder, acuérdate que ya se han convocado las oposiciones para darte tu plaza en propiedad”. Es a partir de este momento cuando la acusada confesa se habría comenzado a obsesionar con la difunta, según su abogado, José Ramón García.
Así, Montserrat responsabiliza a Carrasco de intervenir para que a su hija no se le adjudicara una plaza de empleo en la Diputación, de enviarla sucesivas inspecciones de Hacienda y de impedir que fuera concejala de Astorga, entre otros asuntos.
El abogado de las acusadas mantiene que Montserrat sufría un “trastorno de ideas delirantes” y pide una eximente incompleta por enfermedad mental, que se concretaría en una condena de de ocho años y medio de prisión, siete y medio por el asesinato y un año por la tenencia de armas.
Para Triana Martínez, a la que también representa, pide que sea puesta en libertad alegando que se dejó llevar por la su madre, de la que tiene “gran dependencia”.
Madre e hija exoneran a Raquel Gago, la policía local que también está imputada después de que, según la versión de la agente, Triana introdujera un bolso con el revólver en su coche sin que ella se percatara hasta el día siguiente, cuando lo entregó en Comisaría.