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La Junta pide extremar la precaución ante el riesgo de intoxicación por monóxido de carbono en viviendas

El estado de alarma y la bajada de las temperaturas han provocado un incremento de los casos por el mal uso de los sistemas de calefacción

La Junta de Castilla y León ha realizado un llamamiento a la población para extremar la precaución ante el riesgo de intoxicación por monóxido de carbono en viviendas que puede provocar el mal funcionamiento de estufas o calderas. Este aviso se produce después de que el en día de hoy un niño de once años falleciera en Palencia y otras tres personas resultaron intoxicados por la mala combustión de una caldera de gas. Además, dos menores de la localidad soriana de Monteagudo de las Vicarías también fueron ingresados al sufrir una intoxicación por el humo procedente de estufa de leña instalada en su vivienda.

Desde la declaración del estado de alarma, según informó la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, y como consecuencia también del empeoramiento de la situación meteorológica y la bajada de las temperaturas, se ha detectado en la Comunidad un aumento de casos por intoxicación de monóxido de carbono por el mal uso de los sistemas de calefacción.

Desde la Junta se recuerda que es fundamental mantener una ventilación adecuada en aquellas estancias en las que se instalen calefacciones alimentadas por combustibles vegetales (carbón, leña…), evitando su instalación en dormitorios. Además, también es necesario revisar las chimeneas de aquellas instalaciones de calefacción que las empleen, como los hornos o las estufas de carbón o leña. En las instalaciones de gas, hay que asegurarse de que todos los equipos de calefacción estén instalados correctamente y realizar las revisiones periódicas por parte de un profesional cualificado.

Los síntomas más habituales que puede presentar un paciente afectado por la inhalación de monóxido de carbono pueden ser mareos, dolor de cabeza, vómitos, calambres, desvanecimientos súbitos…, por lo que ante el más mínimo indicio de esta situación hay que abrir todas las puertas y ventanas que sea posible para facilitar la entrada de oxígeno y la desaparición del gas venenoso, y llamar al teléfono de emergencias 112 con el fin de explicar la situación con la mayor precisión posible.

El monóxido de carbono (CO) es un gas tóxico que se caracteriza porque es inodoro, incoloro e insípido, por lo que se puede detectar con los sentidos. Cuando se produce una combustión, se genera este gas que puede resultar peligroso en espacios cerrados donde hay déficit de oxígeno y puede producirse una intoxicación por su inhalación.

Ventilación

Es importante que todos los aparatos se encuentren en lugares correctamente ventilados, y nunca taponar las rejillas y respiraderos de las distintas estancias de la casa, algo que se hace con frecuencia, por ejemplo los días que hay mucho viento, lo que propicia la falta de oxígeno necesario para una correcta combustión. No se debe cubrir la parte inferior de los hornos de gas, pues se bloquea la circulación de aire y se provoca una combustión incompleta que derivaría en cantidades excesivas de CO.

También se indica que es peligroso utilizar equipos portátiles como hornillos, barbacoas, etc. que queman combustible dentro de espacios cerrados. Se deben revisar las chimeneas y conductos de ventilación antes de comenzar la temporada de frío y después de los episodios de nevadas.

Por último, se recuerda que los aparatos de calefacción que funcionan con electricidad suponen un riesgo en cuanto a que podrían provocar un incendio, por lo que se recomienda no tener cerca cortinas, ropa de cama, alfombras, etc., y no dejarlos enchufados sin supervisión.