La comisión autonómica de Castilla y León de la industria cementera se ha reunido este martes en Valladolid, donde se ha puesto de manifiesto que el sector atraviesa “una crisis sin precedentes”, con bajadas en el consumo en torno al 80% en los últimos seis años, y que el 25,6% del combustible utilizado por los hornos de cemento en 2013 ya procedía de combustibles derivados de residuos.
Esta cifra, aunque ha ido creciendo progresivamente en los últimos años, todavía se encuentra muy lejos de países como Austria, Holanda, Alemania o Noruega, que presentan porcentajes de sustitución de combustibles fósiles por residuos superiores al 50%.
Al encuentro han asistido los directores de las tres fábricas de cemento de Castilla y León, ubicadas en Toral de los Vados, La Robla y Hontoria, junto con representantes de los dos sindicatos mayoritarios. En el mismo, se ha acordado intensificar las acciones de comunicación para dar a conocer a la sociedad castellano y leonesa “los beneficios de esta práctica desde un doble punto de vista: la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y el aprovechamiento energético de residuos no reciclables que actualmente se depositan mayoritariamente en vertederos”.
También cobró especial relevancia en esta reunión la situación de Cosmos, por la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León que anulaba la autorización ambiental de la cementera.
La apuesta de la valorización energética por parte de las cementeras sigue las directrices de la Unión Europea, cuya normativa recoge que el destino final de los residuos no reutilizables ni reciclables deber ser la valorización energética, antes que el vertedero. Desde la comisión autonómica de Castilla y León se considera “primordial” hacer hincapié en “las garantías para la seguridad y salud de la recuperación energética de residuos en fábricas de cemento, avaladas tanto por los estudios científicos específicos al respecto, como por la experiencia de la industria cementera tanto a nivel nacional como internacional”.