PREMIOS MUJER 2024

La encrucijada del rugby

A pesar de las intenciones de la Federación, el pesimismo es generalizado en torno al inicio de las ligas regionales y la base
Partido entre Bierzo Rugby y León en el Colomán Trabado / EBD

Si la pandemia del COVID-19 ha afectado especialmente a la práctica de deportes de equipo, entre estos parece el rugby uno de los más perjudicados. Su carácter de deporte de contacto por antonomasia hace que la vuelta a los campos se antoje más complicada que en el fútbol o el baloncesto, por poner dos ejemplos, a pesar de que las ligas profesionales de Nueva Zelanda, Francia o Inglaterra, entre otras, ya hayan retomado la competición.

El profesionalismo (el dinero) es la principal diferencia entre el rugby español y el de nuestros vecinos franceses, por buscar la comparación más cercana. El coste de hacer pruebas PCR para un equipo completo excede con mucho el presupuesto de casi cualquier equipo, sin entrar en el amateurismo que hace completamente imposible pensar en una ‘burbuja’ al estilo de las del fútbol profesional. A pesar de ello, la Federación Española tiene intención de que la Liga de División de Honor dé comienzo el próximo mes de octubre y las selecciones participarán en las competiciones internacionales con la vista puesta en el Mundial de 2023. Las ligas regionales y las competiciones de base, no obstante, ya son otro cantar.

Desde Bierzo Rugby Club, el representante del deporte oval en la comarca, su presidente, Jesús Gorostiza, se muestra pesimista con las intenciones de la Federación de Castilla y León de comenzar la Liga Norte a finales de octubre: “Si no podemos entrenar con normalidad, ¿cómo vamos a jugar un partido? No es realista. Lo están intentando con muchos protocolos, pero nada más”.

Los equipos sénior masculino y femenino de Bierzo Rugby están realizando entrenamientos exclusivamente físicos, sin balón ni contacto, en las instalaciones del Colomán Trabado. “Sólo en las pistas”, matiza Gorostiza, “porque no podemos utilizar el campo”. Junto a ellos, algunos de los componentes del equipo sub-18 completan los grupos de hasta diez jugadores, el máximo permitido para una primera fase de trabajo en la que los controles de temperatura e higiene de manos llevan la voz cantante.

Los protocolos de entrenamiento establecidos por la Federación dibujan varias fases, que comienzan por el trabajo individual primero sin balón y luego con él. Posteriormente, se pasaría a actividades de contacto por parejas y luego en grupos reducidos que se irían ampliando hasta completar todo el equipo. Sin embargo, todo está condicionado a que no se produzca ningún contagio, y “pruebas PCR constantes al estilo del fútbol profesional no podemos hacernos”, recuerda el presidente, “básicamente porque no nos da el presupuesto”.

En cuanto a los equipos de base, todo está paralizado por la prohibición de realizar actividades extraescolares al menos hasta el mes de enero. En este sentido, Jesús Gorostiza apunta que el rugby “sigue arrastrando su parte de estigmatizado, porque hay otros deportes que sí están entrenando con la base”. En cualquier caso, esperarán hasta que se reanuden las escuelas municipales para retomar la actividad: “Los padres también están más tranquilos así, bastante tienen con el estrés de la vuelta al cole”.

Concentración de escuelas de rugby en Ponferrada / EBD

 

Un equipo en el alero

A nivel de club, Gorostiza asegura que no está en peligro la estabilidad de Bierzo Rugby: “De momento, este año no tenemos gastos de viajes, y seguramente no los tendremos o serán inferiores a otras temporadas. En cualquier caso, creo que nuestros colaboradores seguirán ahí”.

El problema está en el futuro del primer equipo en caso de que no llegue a disputarse esta temporada: “Tenemos chavales nuevos que van a pensar que esto del rugby consiste sólo en hacer entrenamientos físicos”, ironiza el presidente, que se pone serio para recordar que “sin el aliciente de la competición corremos el riesgo de perder jugadores. Este frenazo puede ser letal en el femenino, que estaba arrancando después de muchos años de esfuerzo”.

Partido entre Bierzo Rugby y León en el Colomán Trabado / EBD

 

Instalaciones a medio gas

La disponibilidad de instalaciones para entrenar también es un problema para el lento retorno del rugby. En el Colomán Trabado sólo pueden utilizar las pistas, no el césped, “y no sabemos muy bien por qué. En cualquier caso, hemos pensando en solicitar el uso de la zona verde que está al fondo”.

Además, las instalaciones se cierran a las nueve, una hora más pronto que antes de la pandemia, lo que dificulta la participación en los entrenamientos de los jugadores que compaginan el equipo con su trabajo, que no son pocos.

Aun así, Jesús Gorostiza no tiene reproches hacia el Ayuntamiento de Ponferrada: “Lo que está pasando no es culpa de nadie, y ni ellos ni nosotros nos la vamos a jugar a dar pasos precipitados que puedan provocar lo que nadie quiere”.

 

El presidente de Bierzo Rugby, Jesús Gorostiza / EBD