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A la tercera no fue la vencida. La Ponferradina no pasó del empate en su visita al Burgos (0-0) y encadena su tercera jornada sin ganar. De nada sirvió un dominio absoluto y una superioridad aplastante salvo en el área, donde los blanquiazules siguen siendo un equipo vulgar, sin ideas y sin gol.
Y es que no fue un mal partido de la Deportiva, pero el déficit de puntos heredado de la era Herrero y con los rivales por el ‘playoff’ haciendo sus deberes semanas sí, semana también, la superioridad ‘moral’ no es suficiente.
En el Plantío, solo la Ponferradina buscó con ambición la portería contraria. Mandiola, que está consiguiendo sacar al Burgos de la UVI, planteó un cerrojazo y la jugada le salió redonda. Si bien la movilidad de Rayco, Juanto, Menudo y Pastrana conseguía que los blanquiazules vivieran en campo rival, Toni Lechuga vivió un partido más bien plácido.
La primera parte fue para los de Pedro Munitis, que a pesar de la defensa de siete –sí, siete– del Burgos, tuvo la oportunidad de haber dado carpetazo al partido al filo de la primera media hora con un disparo de Juanto que se estrellaba en el palo. La del enmascarado fue la única ocasión clara de un conjunto berciano que acumuló llegadas al área, pero no consiguió materializarlas.
Si ante el Racing de Ferrol, los Pastrana o Menudo revolucionaron el choque, con ambos en el once Munitis se quedó sin agitadores. Ni Andy, ni Caiado lograron la profundidad y la clarividencia ofensiva que necesitaba la Ponferradina para romper el cerrojo burgalés.
La segunda parte fue un quiero y no puedo. Los blanquiazules, dentro de sus posibilidades, lo intentaron de todas las formas posibles, pero el cortocircuito al aproximarse al área era evidente. ¿El resultado? Un empate que hace que la Ponferradina baje a la sexta plaza y se aleje a cuatro puntos del Pontevedra (4º) y cinco del Celta B (3º). ¿La Cultural? A un mundo. A catorce puntos de la cabeza, el primer puesto es, sino lo era ya hace varias semanas, misión imposible.