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La Deportiva regresó de Bilbao con una nueva decepción tras caer ante el colista de Segunda por 4-2 en San Mamés. El equipo berciano continúa sin levantar cabeza y acumulando números de descenso después de 11 jornadas consecutivas sin conocer la victoria y de sumar sólo tres de los últimos 33 puntos disputados. (Ver noticia del partido)
Los blanquiazules son el peor equipo de la segunda vuelta, con dos puntos sobre 18 posibles merced a los empates logrados ante el Valladolid en Zorrilla y contra el Alcorcón en casa. Esos dos partidos, los primeros tras la destitución de José Manuel Díaz, hicieron concebir esperanzas de reacción entre los aficionados, pero la derrota ante el Córdoba en El Toralín de la semana pasada (1-3) y, sobre todo, el mal resultado y peor imagen ofrecidos en San Mamés han vuelto a instalar el pesimismo en la parroquia blanquiazul.
La llegada de Fabri al banquillo deportivista no ha resuelto, de momento, el problema. El equipo sigue siendo débil en defensa (siete goles encajados en los dos últimos partidos y 10 en los seis disputados de la segunda vuelta) y continúa teniendo problemas para generar peligro en ataque, a pesar de que ya ha roto la racha de seis encuentros sin marcar con la que comenzó el 2016. El técnico lucense insiste en pedir tiempo para que el equipo adopte sus métodos, pero ese parece un lujo que la Ponferradina no puede permitirse ahora mismo.
El único consuelo que le queda a la Deportiva es que los rivales que tiene por detrás en la clasificación tampoco se están mostrando acertados, permitiendo a los blanquiazules mantenerse fuera de los puestos de descenso. Sin embargo, es necesario que la reacción llegue cuanto antes para no caer a las cuatro últimas posiciones. La clave para reconducir la situación estará en El Toralín, por donde deben pasar cuatro rivales directos (Huesca, Albacete, Almería y Llagostera), sin dejar de lado partidos como el de la próxima semana ante el Numancia.
Quien fue el lumbreras que trajo a Fabri se cubrió de gloria y vamos de cabeza a segunda B
Paisanos tengamos paciencia, Zamora no se hizo en una hora. En una semana es muy difícil arreglar lo que otros desarreglaron desde el comienzo de temporada, con fichajes equivocados, mala planificación técnica y desastre organizativo. A Fabri debemos dejarle trabajar tranquilo, no es momento de ponerle ya palos en las ruedas cuando solo lleva un partido en el banquillo, si hay que buscar culpables de lo que está ocurriendo, estos están en el Consejo de Administración del Club empezando por el Presidente como máximo responsable, Consejero Delegado y Director Deportivo. A los abonados y afición en general, nos corresponde apoyar y animar al equipo hasta el último partido, cuando en el transcurso del mismo vaya perdiendo como cuando vaya ganando, para que no se nos acuse después de que no hemos sabido estar a la altura de las circunstancias. Nosotros como aficionados, debemos de ser responsables y llevar al equipo con nuestro calor y apoyo hacia el triunfo en cada tarde, si los que dirigen el Club no quieren o no saben estar a la altura de las circunstancias, tendrán que dar explicaciones a final de temporada, por muy accionistas que sean y pongan el dinero como más de uno ya ha dicho, pero deben de tener un respeto al Bierzo, a la afición y a los abonados que también contribuimos con nuestras cuotas al sostenimiento económico del Club.
Amigos, vamos a dejar afónicas nuestras gargantas para llevar al equipo en volandas en pos del triunfo cada tarde en el Toralín.
Fabri no hace milagros, amigo,mal culpa,es de los mercenarios inútiles de jugadores que tenemos. Que nadie quiere venir a jugar a Ponferrada y hemos traído a todos los sobrantes de losmdistintos países. El director deportivo y la directiva son los autocontrol culpables.