PREMIOS MUJER 2024

‘La cámara de Sisenando’, una denuncia sobre el expolio del patrimonio

El periodista y escritor Francisco Martínez Carrión presenta su primera novela, "La Cámara de Sisenando", una denuncia sobre la desprotección del patrimonio histórico y artístico.
Francisco Martínez Carrión firma un ejemplar de su novela (Imagen:ICAL)

E.Jiménez/EBD

Francisco Martínez Carrión cuenta con una amplia trayectoria en el mundo de la comunicación. Además de ser un reconocido periodista con importantes cargos en distintos medios, también se ha labrado una carrera como escritor. Cuenta en su haber con dos obras de relatos breves, “La calle Coronao” y “Auténticas historias falsas de Almagro” y una guía de viajes de su ciudad natal, Almagro (Ciudad Real). Ahora se lanza al mundo de la novela con “La cámara de Sisenando”.

Pregunta EBD: Con su amplia trayectoria de periodista, ¿qué le ha llevado a embarcarse en esta nueva aventura literaria?

Respuesta Francisco Mártinez Carrión: Los periodistas como tal nos gusta escribir. Yo siempre he disfrutado escribiendo como periodista y después de tantísimos años, dar el salto a hacerlo un poco más extenso, un poco más cuidado y un poco más complejo, pues tampoco es tanto. Yo creo que muchos periodistas hemos dado este salto y bueno, es como un complemento a una carrera ya bastante larga.

P.EBD: Cuéntenos un poco el argumento de “La Cámara de Sisenando”, sus personajes…

R.FMC: Hay dos personajes claves. Uno es Erik el Belga, el mayor ladrón de obras de arte de España, de Europa y casi del mundo, y el otro es un cabildo ficticio de una catedral ficticia. El territorio literario mío se llama Oreto, en Oreto hay una gran catedral y en esa catedral hay un cabildo, como en todas las catedrales, y entonces se produce una trama entre Erik el Belga, los miembros del cabildo, un periodista, una investigadora y un policía. Hay un robo dentro de esa catedral con la complicidad de miembros de ese cabildo y luego ya todo lo demás es la trama de cómo se urde el robo, hay un muerto, quien lo investiga, con un desenlace final.

P.EBD: En su novela habla sobre la desprotección del patrimonio histórico y artístico, ¿por qué ha elegido este tema?

R.FMC: Desde que llegué a León hace ya 36 años, lo primero que me encargaron en el Diario de León, en la sección de Provincia y dentro de esa sección, todo el tema del patrimonio histórico-artístico. Eso me llevó a recorrerme prácticamente toda la provincia, incluido el Bierzo, a visitar muchas iglesias y monasterios, estamos hablando de los años 78-79, donde no había tanta conciencia como ahora sobre la protección del patrimonio. Yo me acuerdo de visitar San Pedro de Montes, por ejemplo, y ver como estaba aquel monasterio de abandonado, un Cristo allí con un clavo costanero tirado en el suelo…un desastre. Y como mucha gente, entre ellos Erik el Belga, que es un personaje real histórico, se aprovechó, llegó a acuerdos con párrocos, con obispos, con cabildos, y a cambio de llevarse muchas obras de arte, les daba un dinero que necesitaban para arreglar los tejados y otros bienes patrimoniales de la Iglesia.

Entonces, el recorrer la provincia, el valorar como estaba todo ese patrimonio, se me metió en la cabeza que algún día tendría que hacer algo, hice muchos reportajes denunciando este abandono, pero habría que hacer algo más que un reportaje, en este caso una novela, denunciando, aunque ahora está mejor que hace unos años, el expolio sistemático que ha habido en nuestro patrimonio histórico y muchas veces en connivencia, en complicidad con la jerarquía de la Iglesia, con obispos, con cabildos de las catedrales y con muchos párrocos.

P.EBD: Entonces se puede decir que su novela es una mezcla de realidad y ficción

R.FMC: Sí, porque es de lo que yo he vivido durante muchos años, del conocimiento de las catedrales, de los cabildos, porque no sólo me refiero a la Catedral de León. Yo por mi trabajo conozco muy bien las catedrales y los cabildos de prácticamente toda Castilla y León, es decir, que es una combinación de todo. Que ningún cabildo ni ninguna catedral se sientan identificados porque es una mezcla de muchas catedrales y de muchos cabildos.

P.EBD: Con la buena acogida que ha tenido “La cámara de Sisenando”, ¿se plantea seguir en la senda de la novela?

R.FMC: Sí, ahora lo que necesito es tiempo, pero sí. Yo he trabajado en los últimos años en una caja de ahorros, y creo que hay que contar de forma novelada qué ha sucedido con las cajas de ahorros, no con la mía en particular pero con todas porque hace diez años había cincuenta cajas de ahorros y ahora no hay prácticamente ninguna. Todas se han convertido en bancos y la mayoría de ellas están en bancarrota intervenidas por el Estado. Es decir, lo que hace diez años era un prestigio del sistema financiero, con unas obras sociales potentes que ayudaban a la cultura, a todo el tema asistencial, sanitario y demás, pues en tres o cuatro años todo eso se nos ha venido abajo. Creo que hay que contar eso de alguna manera y como yo ahora la única manera que puedo contarlo es novelándolo, pues voy a meterme en ese proyecto.