Este artículo también podría haberse titulado “la mala educación”. Lo que ocurre es que queremos formularlo en positivo. Si nos encontramos con una persona que es maleducada ello nos resulta desagradable, pero al mismo tiempo nos ayuda a valorar más a las personas que sí están bien educadas. Pero vayamos al grano. Lo que ha inspirado este artículo es un hecho que se viene repitiendo cada año por estas fechas, concretamente cada 8 de septiembre a las doce de mediodía en la Plaza del Ayuntamiento de Ponferrada.
Como dirían los cómicos de la tele, se trata de uno de esos momentos en los que dicha plaza está abarrotada. La explicación es muy sencilla: es del día de la Virgen de la Encina, la patrona del Bierzo, y en ella desemboca la procesión para tener lugar la Santa Misa y la correspondiente ofrenda del ayuntamiento a quien toca hacerla.
Desde las siete de la mañana hasta la hora de la procesión se celebra en la Basílica de Nuestra Señora de la Encina una misa cada media hora. Y siempre está llena de gente. Ello quiere decir que son muchos los devotos de la Virgen, si bien en la misa solemne hay muchos más. Teniendo en cuenta que la megafonía es buena, se puede o, mejor dicho, se podría seguir perfectamente la celebración eucarística por mucha que sea la gente que acude. Lo que ocurre es que hay un barullo impresionante, como si en vez de la misa se tratara de una feria.
La primera pregunta que nos hacemos es cómo es posible que un cristiano pueda ir a misa y en lugar de atender estar hablando a voz en grito. Alguien nos dirá que esas personas que hablan realmente no iban a misa, sino que estaban allí, que tal vez ni siquiera son creyentes. Si no son creyentes y saben que lo que allí hay es una misa, ¿a qué van allí a esas horas? ¿No pueden escoger otro momento? Y si son creyentes, ¿no les da vergüenza no sólo no participar, sino molestar a los que desean hacerlo?
Mucho nos tememos que no es sólo cuestión de fe, o de falta de fe, sino de mala educación. Hay algo en lo que creyentes y no creyentes deberían tener bastante más cuidado. Nos referimos al respeto a los demás, en este caso el respeto a las personas que están participando en un acto litúrgico. En definitiva, que se echa de menos por parte de mucha gente la buena educación. O, lo que es lo mismo, que hay bastante mala educación. No imagino que en otras zonas de España o del mundo se hiciera lo mismo en estas circunstancias. Ya sabemos que esto tiene mal remedio y que el futuro va a seguir siendo igual, como no se adopten otras medidas, pero al menos que conste que nos falta mucho para saber comportarnos como personas.