La aventura de dos bercianos en el desierto

Roberto Martínez y Siro Feliz, dos bercianos de Calamocos y Bembibre, regresaron hace apenas una semana de una nueva aventura por África. Ambos participaron, como piloto y copiloto, en el raid Africa Trophy, una prueba que cruza Marruecos de norte a sur en siete etapas donde todo puede complicarse a la vuelta de la esquina.

Sin embargo, estos dos amantes de los coches y, sobre todo, de África, supieron sobreponerse a todas las dificultades para terminar firmando un tercer puesto en la clasificación general con el que no podían ni soñar después de la primera etapa.

En la misma, entre Nador y Midelt, a los pies de la cordillera del Atlas, el continente africano los recibió con agua. Mucha agua. “Nos cayó el diluvio”, relata Roberto, “con lo que eso supone para un buggy, que no tiene ni parabrisas. Al llegar al Atlas y coger altura nos cayó una nevada impresionante y, al ir mojados, los cascos y los guantes se nos congelaron. Yo llegué con las manos congeladas y me tuvo que asistir el médico… Nos llegamos a plantear si salir al día siguiente, porque además habíamos penalizado casi cuatro horas”.

Pero salieron, claro. Una noche de descanso y la llamada de África fueron suficiente para que Roberto y Siro no se dieran por vencidos a las primeras de cambio, y tuvieron su recompensa. “Tuvimos un día muy de cara, el terreno nos permitió ir rápido y conseguimos ganar la etapa. Eso nos dio moral, porque en ese momento la idea era terminar la prueba”.

En la tercera etapa volvieron a terminar entre los tres primeros antes de afrontar el tramo nocturno en Merzouga, la gran novedad de esta edición del Africa Trophy. “Si África impresiona de día, de noche todo se complica”, recuerda Roberto. “Son muchas horas conduciendo y llega un momento en el que, por muchos focos que lleves, la visibilidad se estrecha hasta que parece que vas entre árboles cuando estás en una planicie”. Aún así, consiguieron seguir recuperando tiempo: “Ahí vimos que teníamos opciones de algo más que terminar, porque venía terreno favorable para nosotros”.

El océano de dunas

Para un buggy, el desierto es como estar en casa. En el océano de dunas de Merzouga, Roberto y Siro navegaron a sus anchas para terminar el día dentro del pódium a falta de la última y decisiva etapa.

“Era una etapa de navegación pura y dura, muy rápida. Había que correr pero conservar también, porque era todo o nada. Nos la jugamos y nos salió un carrerón. Llegamos a juntarnos tres coches adelantándonos como si fuera Moto GP”. Al final, victoria de etapa para el dúo berciano y tercera posición en la general, con el premio añadido del tercer puesto en la categoría de navegación: “Después de todo lo que sufrimos al principio, terminamos encantados y felices”.

Una aventura diferente

Aunque el Africa Trophy no deja de ser una carrera en la que todos van a ganar, las circunstancias hacen que no todo sea competición pura y dura. Roberto Martínez recuerda que “cuando ves a gente enganchada en las dunas, si puedes te paras a asistir. Y si ves un accidente ni lo dudas, porque esto no es un circuito y las asistencias médicas no llegan inmediatamente. Al final existe un pacto de compañerismo porque sabes que lo que le pasa a otro te puede pasar a ti cien metros más adelante”.

Finalizada esta edición el Africa Trophy, Roberto ya piensa en el futuro, con una meta muy clara en el horizonte: correr el Dakar. “Es algo que no nos quitamos de la cabeza. Es la prueba más dura del mundo y nos gustaría lucir allí la bandera del Bierzo como la hemos lucido en África”.

De momento, en 2019 tienen “prácticamente asegurada” su presencia en el Africa Trophy, la Panáfrica y el Merzouga Rally, pruebas puente hacia el Dakar: “Para participar en el Dakar te exigen unos bonus que te dan en estas carreras, no vale con poner el dinero de la inscripción. Estamos hablando de una carrera que se ha cobrado muchas vidas y no puede ir cualquiera”.

Mientras tanto, África seguirá llamando a Roberto y Siro para plantearles nuevas aventuras mientras el cuerpo aguante.