La alcaldesa de Ponferrada, Gloria Fernández Merayo, reconoció este miércoles la necesidad de poner en marcha obras para renovar más de 60 kilómetros de tubería de fibrocemento, prohibida desde el 2001, de la red de abastecimiento de agua de la ciudad, tal y como anunció este martes el portavoz del PSOE en el Consistorio ponferradino, Olegario Ramón, aunque rebajó hasta los 17 millones de euros, “una cantidad bastante menor”, la inversión necesaria, que el socialista cifró en 60 millones. Según Fernández Merayo, que participó en el acto de clausura del 50 aniversario del colegio La Asunción, las obras se podrán acometer gracias a una subida del recibo del agua “de entre dos y tres euros al trimestre”.
Al respecto, la regidora avanzó que “todavía hay que echar cálculos” y que será un estudio económico el que determine la “parte pequeña del recibo” que se destinará “exclusivamente” a la renovación de redes. “Entre todos nada es caro”, remarcó Fernández Merayo, que aseguró que el aumento en el coste del recibo se situará entre 10 y 12 euros al año. “No es una subida, es para crear una hucha, un fondo de inversión”, matizó.
En ese sentido, la alcaldesa reconoció que “es un problema que hay que solucionar” y agradeció al portavoz del PSOE su “disposición a hablar de este tema”. “Algún día en el Ayuntamiento de Ponferrada gobernará otro partido que no sea el PP y tendrá ese mismo problema”, aseguró la regidora, que apeló a la “responsabilidad de los partidos con vocación de gobierno” para llegar a “grandes acuerdos” que sirvan para “solucionar las cuestiones a largo plazo”.
En la misma línea, Fernández Merayo se mostró confiada en que “entre todos seremos capaces de tomar la decisión más acertada” y recordó que los responsables municipales iniciaron este lunes una ronda de contactos con los distintos grupos políticos del Consistorio, con el objetivo de fijar una postura común respecto a este tema.
La portavoz de Ciudadanos en el Consistorio berciano, Rosa Luna, reconoció por su parte que el recibo del agua no es caro y no ha subido en los últimos años en Ponferrada pero que aún así debería investigarse en qué se ha gastado el dinero que estaba destinado a renovar esas tuberías antes de subir el precio de la tasa a los vecinos.
¿Que sentido tiene que sea privado el servicio de aguas si cuando es necesaria una obra, esta la pagan los ciudadanos a través del recibo y sale la alcaldesa a justificarla? Este tipo de bienes deberían remunicipalizarse, estamos perdidos en manos de las grandes empresas.
Merayo, dimisión.