PREMIOS MUJER 2024

Justicia…cien veces en la misma piedra

Los juzgados de Ponferrada son uno de los fieles ejemplos del nulo interés que en el gobierno causan las administraciones que no son rentables. La justicia es una administración mísera. Cada año aquí en nuestro partido judicial, asistimos atónitos a recoger los datos de actividad que proporciona el decano y un año tras otro las peticiones se reiteran, pudiendo incluso un “copia y pega” de necesidades, servir de un año para otro, especialmente en la carencia sistemática de personal. El Consejo General del Poder Judicial, debe tener conocimiento por activa y pasiva de lo que ocurre en esta plaza, igual que en otras del resto del país. Pero aquí tenemos que hablar de la nuestra. Desde hace 16 años los juzgados están servidos por magistrados, por aumentar el volumen de carga y por tener nuestro partido judicial más de 150.000 habitantes. Hace 16 años, no había crisis, hace 10 tampoco y hace 8 lo mismo; pero sigue sin ser suficiente la dotación de plantilla y recursos humanos.

Ponferrada destaca por un alto nivel de litigiosidad y en determinadas áreas, como la Civil, se duplica el límite que recomienda el Consejo General del Poder Judicial.  El registro civil, el juzgado de violencia sobre la mujer, las reivindicaciones de los secretarios judiciales, el problema de las sustituciones en un territorio disperso como el nuestro, los inconvenientes con los que también trabajan funcionarios, procuradores, fiscales y abogados, hace de la administración de justicia, una olla a presión, que está llegando ya a límites muy preocupantes. Nos lo ha contado el juez decano, Enrique Agudo, quien no obstante también ha dicho que las cosas funcionan gracias al empeño de todos los que allí trabajan. Estoy convencida de que es así y que la mayoría de las veces ese sentimiento de compasión que todo ser humano tiene, hace bastante más, que los medios de los que puedan disponer.

El Ministerio de Justicia, debería detenerse a leer con más seriedad las memorias de todos los juzgados que cada año recibe su Consejo. Esos juzgados que cada día se dedican a tramitar demandas sensatas y lunáticas, justas y triviales, grandiosas y nimias… demandas de todas las naturalezas. Y si el Ministerio conoce esas necesidades y no actúa está incumpliendo su función de poder público, para la que nació. Y ese debería ser el primer asunto de razón y derecho. La justicia no es un consumible reemplazable, no se puede sustituir por nada. La justicia necesita herramientas y medios para ser posible, para poder resolver y agilizar, sin contar únicamente con la vocación. Necesita los medios para dar a cada uno lo que le corresponde. Eso es lo que convierte a la justicia en virtud y hace un mundo mejor…en nuestras manos está…no dejemos que todo esto siga siendo un disparate y enferme todavía más a la sociedad. El sabio Platón, nos lo advirtió bien. La injusticia viene de la ignorancia… y no hay más ignorante que el que se lo quiere hacer, utilizando las bondades de este servicio público, que es viga maestra de la libertad, a la que todos tenemos derecho. La justicia sigue condenada a tropezar una y otra vez en la misma piedra.