La Junta de Castilla y León trasladó hoy al Ministerio de Sanidad, en la sesión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, su “firme oposición” y su “preocupación” por el acuerdo que permitiría el traspaso del sistema MIR a las comunidades autónomas, una medida “generadora de desigualdades en la formación y que provocaría falta de cohesión en los actuales estándares de calidad”, sostuvo en un comunicado.
Castilla y León se suma a la petición de otras autonomías de seguir contando con un MIR único en toda España “ante el riesgo de ruptura del modelo actual, de manera que seguirá vigilante sobre esta importante materia, basada desde sus comienzos en la equidad y cohesión nacional del sistema de formación de especialistas sanitarios”.
El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, aseguró que el Gobierno de Castilla y León vigilará “de cerca” este compromiso, después de que el ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, señalara que continuará habiendo un MIR único. “Nos alegramos de las palabras del ministro, pero tienen que verse reflejadas en hechos, porque cualquier otra posibilidad sería discriminar a comunidades como Castilla y León”, expuso el jefe del Ejecutivo.
La opinión del Gobierno de Castilla y León está en sintonía también con lo manifestado por los propios profesionales, representados por el Foro de la Profesión Médica, que agrupa al Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España, Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina y el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina.
La Comunidad comparte la idea de que ese traspaso competencial sería una “medida generadora de desigualdades en la formación, provocando falta de cohesión en los estándares de calidad a nivel nacional y dificultades en la movilidad y homologación de profesionales”.
Por ello, la Junta mostró su respaldo a un modelo que, a pesar de poder estar abierto a modificaciones y mejoras, ha demostrado “ser exitoso” en el Sistema Nacional de Salud y “cuenta con reconocimiento internacional”.
La Junta de Castilla y León apuntó que el sistema de formación sanitaria especializada “debe seguir centralizado para garantizar la equidad, ya que otras opciones provocarían una asimetría sin precedentes en términos de acreditación de unidades, selección de plazas, programas de enseñanza, criterios de evaluación, remuneraciones, etc”.