Fabero clausuró esta semana sus talleres de pintura y escultura con dos de los mejores artistas y con más renombre del panorama nacional. Antonio López y Julio López. Éste último, en una entrevista a El Bierzo Digital, confesó haber descubierto durante su estancia en la localidad berciana “algo fundamental: El espíritu de lucha, la capacidad de vencer los inconvenientes, el esfuerzo… Y esto lo he comprendido por la vía de los mineros. Ellos son un ejemplo y una metáfora fantástica de la conquista del mundo con un esfuerzo titánico. Eso no se da en otras profesiones ni en otros pueblos y aquí se vislumbra ese pasado que es ejemplar”.
El escultor considera esa lucha como la base sobre la que seguir trabajando en el futuro, para no decaer. “Los mineros son gente que han hecho de la vida un trabajo ejemplar. La escultura es de esforzados también, más que la pintura”, comparó el artista. Lo ideal para López sería que talleres como el que él ha impartido o el propio Antonio López hace unos días “lleguen a cuajar y que más adelante se hiciera un proyecto común. Que los chicos pudiesen hacer un homenaje al pasado de su pueblo. ¡Algo importante, que fuera significativo y que pudiera cuajar en una sola obra hecha en comunidad, unidos unos a otros! Ahora es difícil porque los chicos empiezan y son muy principiantes pero en el transcurso de los talleres a lo mejor se llega a conseguir que haya un grupo que trabaje unido y se pueda formular un homenaje al pasado de Fabero”.
Los alumnos son en su mayoría bercianos, aunque también artistas llegados de diversos puntos de la geografía española.”Les he dado las lecciones de los primeros pasos. Lo básico. Establecer las diferencias que hay entre un dibujo y una escultura. El dibujo y la pintura pueden disponer de una luz simulada, se maneja la luz para simular espacios y volúmenes, la escultura no tiene luz, la recibe solo. A partir de esa diferencia son concepciones distintas”, concluyó el artista.
A partir de la clausura de ambos talleres, con una jornada de puertas abiertas en la que disfrutar de las obras en las que los alumnos han dejado impresos sus nuevos conocimientos, arranca ya la segunda beca CIAN. Ocho alumnos, el mismo número que en su primera edición, están ya instalados en Fabero para aprender más de la localidad minera, plasmarlo a través del arte y difundir las bondades de sus vecinos y su forma de vida, así como su potencial turístico y cultural allá donde vayan.
Fotogalería de algunas obras de los alumnos del taller de Julio López, por Quinito: