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Juicio HVL | El director general asegura que en el Pozo Emilio “no ocurría nada fuera de lo normal en la explotación de una mina con gas”

“La única forma de haber evitado el accidente es haber cerrado la mina”, considera Mario Calvo
El que fuera director general de la Hullera Vasco Leonesa, Mario Calvo (C), llega al juicio por la muerte de seis mineros de la Hullera Vasco Leonesa
El que fuera director general de la Hullera Vasco Leonesa, Mario Calvo (C), llega al juicio por la muerte de seis mineros de la Hullera Vasco Leonesa. / P. García

“No ocurría nada fuera de la normalidad de la explotación de un taller de una mina de categoría tres”. Con estas palabras, el director general de la Hullera Vasco Leonesa, Mario Calvo Heces, quiso dejar claro que la presencia de “altos valores de metanos que alcanzaron incluso el dos por ciento muchos días” era una situación “contemplada y normal en una explotación de una mina con gas”, que requiere de “medidores y cortes de corriente para evitar un mal mayor”.

El director general de la empresa minera fue el encargado de abrir este miércoles la segunda sesión de declaraciones de los 16 acusados en el juicio que se celebra desde este lunes en el Juzgado de León por la muerte de seis mineros el 28 de octubre de 2013 en el denominado Pozo Emilio, perteneciente a la Hullera Vasco Leonesa.

Después de que en la jornada de ayer la cúpula de la compañía -compuesta por su director, Antonio del Valle, su vicepresidente, Arturo del Valle, y el vocal, Aurelio del Valle– asegurase que ignoraba cualquier riesgo inusual en el pozo siniestrado y que se cumplían las normas de seguridad, hoy le llegó el turno al director general de la HVL, que decidió contestar solo a preguntas del Ministerio Fiscal y de su abogado.

En su relato, Mario Calvo expuso que en las dos semanas anteriores al accidente en las reuniones la marcha del taller se comentaba la existencia de una bóveda que “es inherente al proyecto de explotación” y se “cumplía con la Disposición Interna de Seguridad que permitía sutirar”. También aludió a un error de traslado al plano la no coincidencia del taller con la planta superior que, en la práctica, “estaba conforme al proyecto y a la información que se había dado a la autoridad minera, que lo había visto, supervisado, vigilado y dado por bueno”.

Para el director general de la HVL, nunca se plantearon parar la explotación “porque no ocurría nada extraño”, de modo el accidente del 28 de octubre fue “impredecible, imprevisible e inevitable” y “no se podría haber hecho nada para evitarlo”, tal y como destacó que se extrae de los informes elaborados sobre el hecho por el director facultativo, catedráticos de minas de la Universidad de Oviedo y de León e incluso el informe pericial. “La única forma de haberlo evitado es haber cerrado la mina, no había otra”, sostuvo.

En este sentido, explicó que la semana anterior al accidente se produjo una reunión en la que participaron tanto los cinco directores facultativos de las diferentes explotaciones de la empresa y representantes de seguridad, que trasladaron que “la siniestralidad en el Pozo Emilio había mejorado”.

Sobre el despido de dos responsables de seguridad en el mes de abril de 2013, Calvo relató que se debió a un incidente ocurrido en la mina del flanco sur, “completamente diferente” al Pozo Emilio, donde los trabajadores mostraron insubordinación frente al director facultativo. “Es más, ellos alegaban falta de seguridad para las personas, pero Minas archivó el caso”.

Día del suceso

El director general de la HVL relató, a preguntas de su defensa, el día el accidente. “Yo me encontraba en mi despacho, vino el director de planificación y proyectos y me dijo que estaba pasando algo grave porque los metanómetros se estaban saturando”, contó. Ante esta información, decidió acudir a las oficinas del grupo pero ante la falta de respuesta decidió subir a las instalaciones del Pozo Emilio.

“Cuando llego allí veo un revuelo tremendo y me comentan que había habido una salida importante de metano y que se están haciendo las labores de evacuación y modificación de ventilación. También se había avisado a la brigada de salvamento, al 112 y al médico”, relató, mientras él llamó al responsable de Minas y al presidente de la empresa, Antonio del Valle, quien “iba a subir a la zona pero no lo hizo porque se desplazaba a León el ministro de Industria”. Calvo decidió quedarse allí “por si puedo ayudar” y después de él “empezó a llegar prácticamente toda la empresa”.

Tras el rescate, resaltó que la empresa inició una investigación y encargó varios informes que concluyeron que “no había habido incumplimiento de las medidas de seguridad y que todos los medios estaban correctamente utilizados e implantados”.

Bajo el criterio del director general de la HVL, la actuación que se llevó a cabo el día 28 de octubre de 2013 por parte de los encargados de seguridad en el Pozo Emilio fue “absolutamente impecable”, ya que ese día “se habían producido dos paradas por cortes de corriente en los que se cortó la ventilación y se elevó el nivel de metano, por lo que se trasladaron los trabajadores a una zona de aire limpio”. Asimismo, también hubo visita del vigilante de plantilla, Carlos Conejo, que revisó y comprobó que todo estaba correcto, así como del ingeniero técnico auxiliar. En medio de esas visitas, el director facultativo decidió que se parara el taller hasta el día siguiente y centrarse en tareas de mantenimiento. “Toda la cadena de mando había estado en el taller”, insistió.