El Instituto Biosanitario de León, cuya sede se ubicará en un edificio anexo del Complejo Asistencial Universitario de León, se aprovechará de la colaboración con la Universidad de León para ser referente en líneas de vinculadas a la parte veterinaria, medioambiental o agroalimentaria”, aunque “sin menoscabo de otras tradicionales”, como la gastrovascular o la oncológica, que “también estarán presentes”.
Así lo avanzó este martes la directora general de Planificación Sanitaria, Investigación e Innovación, Sonia Martín Pérez, que visitó el Caule para reunirse con los equipos directivos de las gerencias de las áreas sanitarias de León y el Bierzo con el objetivo de “cerrar la herramienta jurídica que posibilitará la creación del Instituto mediante un convenio de colaboración”. También mantendrá una cita con la Universidad de León, al ser el “socio” con el que colabora para la puesta en marcha del centro.
Una vez que todos los implicados elaboren un “listado de capacidades”, se definirán las áreas científicas prioritarias con las que arrancará de manera inicial el Instituto. De igual forma, se fijarán las infraestructuras necesarias que ponen a disposición las partes para formarlo y, una vez que esto esté hecho, se comenzará la tramitación para que se pueda proceder a la firma en el primer trimestre de este año.
En cuanto a la estimación de las posibles contrataciones que pudieran llevarse a cabo para el Instituto a partir de su puesta en marcha, Sonia Martín señaló que, en base a la experiencia desarrollada en otras partes del territorio, “el fijar en León un centro de estas características propiciará un aumento de la actividad de investigación y, por tanto, la necesidad de recursos de apoyo a la misma a través de contratos de gestores de proyectos, apoyo a la parte de los ensayos clínicos y también de perfiles de investigadores”. En este sentido, “en Valladolid se estimó que en los próximos diez años se podría alcanzar más de un centenar”, de manera que “en León no tiene por qué ser menor”.
El centro tendrá su sede en un edificio anexo en el Caule, aunque habrá infraestructuras que estarán deslocalizadas, como laboratorios u otras plataformas que ponen a disposición las partes “para el uso compartido por parte de todos los investigadores que se incorporen”. En cuanto a las líneas de investigación en las que trabajará, serán referentes “áreas con las que trabaja la ULE vinculadas a la parte veterinaria, medioambiental o agroalimentaria”, aunque “sin menoscabo de otras tradicionales” como la gastrovascular o la oncológica, que “también estarán presentes”.
Respecto a la financiación con la que contará el Instituto Biosanitario de León, la directora general de Planificación Sanitaria, Investigación e Innovación detalló que la Junta de Castilla y León pondrá a disposición un presupuesto anual para, a través de una subvención basal, “poder mantener una plantilla fija en relación a la unidad de gestión”.
A partir de ahí, la cuantía “irá en función de la actividad y los proyectos de investigación e innovación que sea capaz de poner en marcha y movilizar”, para lo que las fuentes de ingresos serán “muy variopintas” y se sumarán “a través de la participación en más proyectos de investigación en concurrencia competitiva, tanto europeos como nacionales y los propios autonómicos”. A ello se sumará la colaboración público privada mediante el fomento, “dentro de un marco jurídico apropiado”, del desarrollo de proyectos con fondos privados, así como el desarrollo de otras actividades.
La Consejería de Sanidad pretende que la creación del Instituto Biosanitario de León permita “fortalecer las estructuras de apoyo a la investigación e innovación de los profesionales en el ámbito clínico”. Este formará parte de toda una red de centros de investigación que se desplegarán por Castilla y León en colaboración con otros agentes y que tendrán sede en los grandes hospitales y complejos asistenciales.