PREMIOS MUJER 2024

Inocentes

En otros tiempos la llegada del 28 de diciembre dispensaba por unas horas de decir la verdad o, dicho de otra manera, permitía decir mentiras sin que por ello uno tuviera que pasar por mentiroso. Eso era no tanto decir una mentira cuanto meter una inocentada. Ahora son tantas las mentiras o inocentadas que nos meten cada día, que es como si todos los días del año fueran el 28 de diciembre. Pero no es este nuestro tema de hoy.

Hoy una de las primeras noticias en todos los periódicos es la aparición del cadáver de una niña de dieciséis meses secuestrada por el amante de su madre. A todos nos ha llenado de consternación, tras haber disipado definitivamente toda esperanza de encontrarla viva. No hay palabras para describir tanta crueldad. Sólo una persona insensible puede no indignarse ante hechos como éste. En el día en que recordamos la matanza de varios niños menores de dos años por Herodes hace más de dos mil años nos encontramos con la noticia de la muerte de otro ser inocente del siglo XXI.

Desgraciadamente no es esta niña la única niña víctima de la barbarie de personas adultas. Podemos contar por millones los niños inocentes condenados a morir en nuestros días, sea por el hambre o la miseria, o por la crueldad incluso de sus familiares. Los malos tratos infantiles están a la orden del día.

Supongamos que esta niña de casi año y medio, cuyo cadáver ha aparecido en una charca de agua, hubiera sido asesinada antes de salir del vientre de su madre. Sería la misma niña. Exactamente la misma. ¿Acaso por ello sería menos cruel su eliminación? Ciertamente no, por mucho que algunos se empeñen en justificar el aborto. Pues bien, las estadísticas más recientes hablan del incremento del número de abortos en España, llegando ya a la cifre de ciento veinte mil abortos anuales. ¿Cómo es posible que eso nos deje indiferentes? Jamás Herodes en todo su esplendor pudo soñar con eliminar tantas vidas humanas inocentes. ¿Cómo es posible que nos parezca horrorosa la contemplación del cadáver de una niña en una charca de agua y no nos conmueva ese inmenso charco de sangre que envuelve a estos ciento veinte mil abortos?

El próximo domingo, fiesta de la Sagrada Familia, se celebra en Madrid una gran concentración de gentes de toda España, entre las que espero encontrarme, para defender la institución familiar o si se quiere para celebrar el gran regalo de la familia. Es posible que para muchos resulte indiferente y hasta les parezca carca o facha defender estos valores. Pero no nos engañemos, si falla la familia, falla toda la sociedad. Si la familia se desvirtúa, si no se basa en el amor y en el respeto a la vida, si se convierte en un lugar inseguro, nos destruimos a nosotros mismos. En otro orden de cosas, ¿qué sería de muchas de las víctimas de la crisis económica si no fuera el gran apoyo recibido de sus familias? ¿Qué será de los niños y jóvenes si no tienen una familia de referencia donde sentirse amados y cuidados?

Hoy una niña inocente, vilmente asesinada, mantiene nuestro corazón en ascuas. Ojalá no nos resulte indiferente la muerte de tantos otros niños inocentes, incluidos los asesinados en el vientre de sus madres.