El Instituto Europeo de Tecnología (IET) financiará con 70.000 euros un proyecto de investigación de la Fundación Icamcyl para resolver el problema de la dependencia de la Unión Europea (UE) en minerales y materiales cruciales para el desarrollo de tecnología. La iniciativa, que nace impulsada por una importante empresa griega de catalizadores, tratará de mejorar y llevar al mercado una nueva generación de sistemas que utilice nanopartículas de cobre para reducir el uso de materias primas críticas, entre las que se encuentran los metales de la familia del platino.
En ese sentido, la tecnología que se desarrollará en la Fundación Icamcyl permitirá reducir hasta un 60 por ciento el uso de elementos críticos, lo que mejorará la eficiencia global como catalizador y reducción de emisiones perjudiciales en un 40 por ciento, apuntaron fuentes de la institución. Al respecto, el director general de Icamcyl, Santiago Cuesta, valoró la importancia de “conseguir que una gran parte de los proyectos de minería y recuperación del medio ambiente que impulsa el IET tomen como referencia a nuestras comarcas mineras”.
En la misma línea, Cuesta incidió en que “estamos frente a un nuevo éxito de la nanotecnología, ya que las nanopartículas de óxido de cobre permiten transformar las moléculas de monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno con una mejora en eficiencia del 30 por ciento, reduciendo el uso de paladio y platino significativamente, ahorrando costes y mejorando el impacto medioambiental”.
Además de la parte tecnológica en la que contribuirá Icamcyl con su división de ingeniería, el proyecto abordará el estudio legal de normativas y procesos de implantación de la tecnología en distintas regiones europeas. Al respecto, Castilla y León será un modelo de pruebas tanto en el estudio de barreras legales como en la aceptación social e impacto medioambiental de esta nueva tecnología.
Según los responsables del proyecto, las materias primas son la “espina dorsal” de la industria de la UE, donde al menos 30 millones de puestos de trabajo dependen del acceso a las mismas. Su correcta gestión es una de las preocupaciones más importantes y uno de los retos sociales que se han definido en el programa H2020.
Actualmente, Europa importa de China elementos claves para la industria y la sociedad, como el 80 por ciento del tungsteno que se usa para aleaciones de alta temperatura o para las herramientas de corte en la industria de manufactura. Y el 95 por ciento de las “tierras raras” que necesita para fabricar los diodos LED, las pantallas táctiles o los imanes permanentes que hacen funcionar por ejemplo turbinas de generación eólica o las máquinas de resonancia magnética nuclear para radiodiagnóstico.
El IET, con sede en Budapest, nació en 2008 para impulsar el desarrollo sostenible y la competitividad de Europa mediante innovaciones punteras, en las que se implican conjuntamente centros de investigación, empresas y centros europeos de educación superior. En conjunto, el proyecto, que cuenta con una financiación global de 920.000 euros, movilizará a 12 instituciones de ocho países europeos, además de socios españoles de prestigio, como la Cámara de Comercio e Industria de Cataluña o la Fundación Tecnalia.