PREMIOS MUJER 2024

Herrera y los diputados del PP en Madrid

La semana no ha podido ser más intensa para el mundo del carbón en particular y la sociedad berciana en general. La minería volvía a copar las portadas de los medios informativos y, una vez más, para nada bueno ni optimista. A los anuncios de reuniones de los parlamentarios leoneses y de otras zonas geográficas donde el mineral resulta de vital estrategia, se le sucedían movilizaciones de piquetes que paraban trenes, volcaban el contenido de camiones y colapsaban vías de comunicación. Una empresa del Grupo Alonso presentaba el enésimo preconcurso administrativo y judicial por falta de compra de carbón autóctono, esto es, por falta de trabajo, mientras cientos de toneladas de mineral extranjero llega a las tres centrales térmicas de la provincia. Para las eléctricas, auténticas reinas de esta triste fiesta, les sale más barato lo de fuera que lo de aquí. Eso también hay que decirlo sin rubor.

Y en el epicentro de la semana sufrimos un mazazo más. La muerte de un ejemplar trabajador. Joven aún, aunque experto y veterano en el mundo de la mina. Esta vez fue en Santa Cruz, Torre y Bembibre se han disputado el terrible dolor por igual. Nunca nos acostumbramos a dar estas malas noticias. El ambiente se caldeaba todavía más.

Pero en esta ocasión, a diferencia de otras ocasiones, la defensa de la minería no ha sido un canto solitario desde el Bierzo, desde León y desde un presidente de Castilla y León que reclama en los foros adecuados quedando las palabras en un gesto, honorable sí, pero poco efectivo por los oídos sordos del señor Soria, a la sazón Ministro de Industria y Energía. Esta vez hay que decir que Herrera se ha mojado hasta el punto de tomar el teléfono directamente para hablar con Rajoy saltándose la pachorra del canario. Lo hablado no ha transcendido, pero lo imaginamos. “Tienes mi compromiso, Juanvi”, es todo cuando hemos podido averiguar de esta tensa conversación Moncloa-Las Francesas.

De todos los parlamentarios populares también hemos sabido y contrastado que el nuevo presidente del PP de León, Eduardo Fernández, ha sido el más claro y beligerante en la interlocución con el secretario de Estado y con el propio ministro. Pasó el tiempo de los diputados que iban a Madrid a apuntalar su sillón estableciendo relaciones de cortesía votando o apoyando cualquier cosa porque no se vive ni se tiene que regresar el fin de semana a casa y encontrarte con la realidad y las gentes a las que les implica, para bien o mal lo que permites desde tu escaño. A lo mejor, es que para eso hay que ser berciano, leonés y español; y no sólo una de las tres cosas sin ruedas de prensa prefabricadas desde Madrid de por medio.

Ahora a ver si cumplen y se apoya toda la inversión tecnológica pendiente en las térmicas y en los cupos autóctonos pactados a comprar. A lo mejor las eléctricas necesitan una reconversión tanto o más de la que se exige al mundo del carbón. Aunque con el ejemplo, como publicaba esta semana el diario El País, dado por la familia Viloria, con todo quisqui acogido a las prejubilaciones mineras, pone en solfa las puntuaciones y los grados del destino de ese dinero público para puestos de trabajo del sector, algunos muy alejados de los costeros como el que mató al productor de Santa Cruz. Como dice Jesús Courel…había que hacer algo.