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M. Alija Todo nuevo gobierno tiene 100 días de gracia para definir el rumbo que debe tomar su país, ciudad o pueblo. Un tiempo de adaptación para conocer y decidir las primeras medidas que marcarán el carácter del ejecutivo. Tras finalizar este periodo, la alaldesa de Ponferrada, Gloria F. Merayo, ha realizado una valoración sobre sus primeros cien días al frente del Ayuntamiento de la capital berciana, un tiempo que considera “muy positivo” y del que se siente “muy satisfecha” aunque le hubiese gustado “haber hecho más cosas”.
La alcaldesa da las gracias al “gran equipo” que le acompaña, del cual indica que está “trabajando mucho y con mucha ilusión”. Señala las “desagradables sorpresas” que se han encontrado desde su entrada en el Consistorio debido a que “hay documentación que echamos en falta y que ha retrasado alguna de las actuaciones previstas, pero estamos poniendo orden en la casa”, explicó Merayo.
El proyecto para convertir las márgenes del río Sil en un paseo, la apuesta por el Cylog, los presupuestos del 2016 o la modificación del régimen de pequeñas obras para agilizar trámites son algunas de las actuaciones en las que está invirtiendo el tiempo y que la alcaldesa ha destacado. “Son asuntos no tan vistosos como una plaza o una rotonda, pero que había que hacerlos”, señaló.
Quedan pendientes temas como la reapertura de las piscinas, la obtención de trenes lanzadera para suplir el intercity que Renfe quitará con la llegada del Ave, la reordenación del tráfico de La Rosaleda o la apertura de la oficina para atender a familias que atraviesen dificultades económicas. Temas sobre los que el Consistorio ya trabaja y maneja diferentes líneas de actuación. Esta semana se reunió con uno de los responsables de la operadora ferroviaria, llevará a pleno la petición de cesión de las instalaciones de las piscinas y la oficina para familias en dificultades se abrirá en octubre. “Estamos trabajando mucho y lo seguiremos haciendo”, concluyó la alcaldesa.