Santiago Abascal y Vox se quedaron solos en la votación de la moción de censura presentada por el partido de extrema derecha contra el Gobierno de Pedro Sánchez. 52 votos a favor (todos los diputados de Vox) y 258 en contra (el resto del Congreso de los Diputados) fue el resultado de una moción de la que lo más destacable ha sido la ruptura del líder del PP, Pablo Casado, con su socio de gobierno en varias comunidades autónomas y el teórico fortalecimiento del Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos.
Votaremos ‘no’ a su candidatura para presidir el Gobierno de España. Votaremos ‘no’ porque decimos no a la ruptura que usted busca, ‘no’ a la polarización que usted necesita, como Sánchez. ‘No’ a esa España a garrotazos, en blanco y negro, de trincheras, ira y miedo. ‘No’ a ese engendro antiespañol, que también patrocinan ustedes, esa antipolítica cainita de izquierda o de derecha destinada a hacer que los españoles se odien y se teman. Decimos ‘no’ a su moción porque decimos ‘no’ a Sánchez y a sus socios, los visibles y el que está en la sombra, que es usted”, afirmó en su discurso Casado, dejando “perplejo” a Abascal, que confesó que “no esperaba que fuera esta su intervención”.
Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le recordó al líder de Vox que “ha quedado claro que usted no cuenta con ningún apoyo” en el Congreso. Sánchez reconoció que el ‘no’ rotundo de toda la Cámara Baja a la moción de censura “es un alivio” después de que Abascal “no aportara nada” en el debate.
La moción de censura, para ser aprobada, debería haber recibido el apoyo de, al menos, la mitad más uno de los diputados, es decir, 176. En este caso, al ser rechazada, los diputados que la han suscrito no podrán firmar otra durante el mismo periodo de sesiones.