J. A.
El plan contra el robo de cable en las líneas ferroviarias da sus frutos en Castilla y León. El Ministerio de Fomento ha logrado reducir a la mitad el número de casos registrados durante 2016 en relación al ejercicio anterior. No obstante, está detectando la presencia de grupos cada vez “más organizados y profesionales”, que actúan en diferentes puntos del país, y que se llevan un ‘botín’ mayor pese a actuar en un menor número de ocasiones.
Fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferrovarias (Adif) destacaron a Ical la fuerte reducción del robo de cable registrada en las líneas de ferrocarril de la Comunidad, especialmente en los trazados convencionales, una tendencia en la que también intervino la caída del precio del cobre. Durante el pasado año, las infraestructuras que gestiona esta empresa pública, dependiente de Fomento, sufrieron 28 robos, la mitad de los registrados en 2015, cuando se contabilizaron 56.
De la misma forma, los sabotajes y robos se están reduciendo en Cataluña, el territorio que concentra los incidentes más importantes de los últimos años, como el que se produjo en octubre de 2015, cuando la rotura de un cable de fibra óptica paralizó los trenes AVE entre Vilafranca del Penedès (Barcelona) y Figueres Vilafant (Gerona), aunque el caso se extendió al resto de trenes de alta velocidad entre Madrid y Barcelona y provocó una oleada de retrasos y cancelaciones.
Por ello, la compañía Alstom presentó a Adif un proyecto, todavía en fase experimental, para detectar de manera automática los robos de cable y sabotajes en las vías ferroviarias. Este prototipo, basado en la tecnología militar, utiliza un análisis de las vibraciones que se producen en la infraestructura para detectar cualquier tipo de actividad ajena a la operativa normal.
Estas iniciativas, junto con las acciones puestas en marcha por Adif, lograron reducir el número de robos en el conjunto de la red ferroviaria de Cataluña (líneas de ancho convencional y línea de alta velocidad) en un 74,6 por ciento entre los meses de enero y octubre de 2016 en comparación con 2015. Esta disminución fue superior a la contabilizada en Castilla y León, si bien en la comunidad catalana este problema había adquirido una mayor envergadura.
Menos robos
Las líneas de ferrocarril de la Comunidad registraron durante el 2016 un 50 por ciento menos de robos (28), si bien se incrementaron ligeramente los registrados en la red de alta velocidad, al pasar de cuatro a siete. Estos actos tuvieron unas consecuencias para las arcas de Fomento de 199.040 euros, un 71,8 por ciento menos que en 2015, cuando Adif tuvo que hacer frente a daños por importe de 705.630 euros.
Además, el cable sustraído se redujo un 43,9 por ciento en las líneas convencionales, con 11.853 metros robados, mientras que en los corredores de alta velocidad, desaparecieron 720, un 29,2 por ciento menos que en 2015, cuando superaron el kilómetro.
“Sangría económica”
El robo de cable supone una “sangría económica” para el gestor ferroviario debido a los “graves” perjuicios que provoca en la seguridad y calidad del servicio, puesto que motiva retrasos e incidencias de transporte, así como la “degradación” de las infraestructuras. Adif explicó que aunque se consiga recuperar parte del material sustraído, la mayoría ya no puede reutilizarse.
Asimismo, el administrador ferroviario señaló que esta situación exige, además, que se destinen recursos materiales y humanos para la reposición de las instalaciones y el restablecimiento del tráfico en las condiciones habituales. Por tanto, Adif recalcó que los robos afectan a los viajeros, por los retrasos que sufren, y a la propia imagen del sistema ferroviario. “No es un problema menor”, apostilló la compañía.
Medidas
Adif puso en marcha un paquete de medidas para hacer frente a estos robos para garantizar la “absoluta seguridad” de la infraestructura y la explotación ferroviaria, que incluyó un refuerzo de la presencia y vigilancia de patrullas propias. También se incrementó la colaboración con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, especialmente en aquellos puntos de las líneas ferroviarias en los que se destacó una mayor concentración de robos.
Además, la compañía adoptó otras medidas como dotar a las instalaciones ferroviarias de dispositivos de control que alertan de un corte de cable, acelerando así la capacidad de respuesta para retomar el tráfico en las condiciones habituales en el menor tiempo posible. También, denuncia ante las autoridades policiales competentes todo robo o intento.