Un enjambre de cientos de furibundas avispas invadía el pasado jueves la calle Alcón de Ponferrada, asentándose súbitamente en un semáforo frente a un portal y una conocida peluquería. Los vecinos, horrorizados, tuvieron que acudir a los servicios de emergencia, que enviaron a dos operarios que con sumo cuidado trasladaron el enjambre a una caja adaptada que rápidamente se llevaron del lugar.
Todo acabó bien, pero por un momento vecinos y viandantes se sintieron protagonistas de una de esas películas de ciencia ficción, serie B. Porque no se trató de ninguna tontería. No hace falta ser alérgico. La picadura de un numeroso grupo de avispas puede acabar con la muerte.
Esta es la secuencia de la retirada del enjambre: