Enel confirma en su junta general el cierre de la central de Compostilla en 2020

La junta general de accionistas de la empresa italiana Enel, principal accionista de Endesa, confirmó que la central térmica de Compostilla, situada en el municipio berciano de Cubillos del Sil, se cerrará el 30 de junio de 2020, después de que la empresa haya decidido que no invertirá para adaptarla a los requerimientos medioambientales de la normativa de la Unión Europea, según explicaron los representantes del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) que asistieron a la reunión celebrada en Roma. Junto a Compostilla, Enel también confirmó el cierre para esa misma fecha de la central de Andorra (Teruel).

En cambio, Enel anunció que sí se realizarán inversiones en las centrales de As Pontes (La Coruña), Litoral (Almería) y Alcudia (Mallorca) para cumplir con la normativa comunitaria. “No tiene sentido seguir apostando por un modelo basado en la quema de carbón, uno de los combustibles más contaminantes y más nocivos para nuestra salud, al existir otras alternativas más limpias para producir electricidad”, recalcó la directora del IIDMA, Ana Barreira, que recordó que las seis centrales térmicas de Endesa en España fueron responsables en 2015 del 28,4 por ciento de las emisiones de CO2.

Por este motivo, la directora del IIDMA, que presentará este mes de mayo un informe analizando los impactos sobre la salud producidos por las centrales térmicas de carbón en España durante 2014, consideró necesario que Endesa cuente con “un plan de cierre de las centrales de carbón en 2025 para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, mejorar la calidad del aire y garantizar una transición justa”.

En el mes de febrero, la alcaldesa de Ponferrada, Gloria Fernández Merayo, anunció que el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, se había comprometido en una reunión a “hacer todo lo que esté en su mano” para evitar el cierre de Compostilla en 2020. Según explicó entonces la regidora, el Ministerio estudiará las diferentes posibilidades para articular ayudas que permitan a la empresa propietaria invertir en desnitrificación, lo que permitiría a la central, que da empleo directo a más de 300 personas y tiene un impacto indirecto sobre otro millar de empleos, adaptarse a las nuevas normas ambientales dictadas por Europa.