PREMIOS MUJER 2024

Emergencia cinegética

Vivimos agobiados por las emergencias. De todo jaez. Sin necesidad de llamar al 112. El cambio climático que amenaza nuestro futuro ya ha dado un paso más y se torna en emergencia climática. Con fenómenos extremos de la sequía a las inundaciones, mientras China e India contaminan a espuertas y la senil Europa sigue amargando la existencia a sus habitantes con todo tipo restricciones recogidas en la Agenda 2030. En el caso de España también existe otra emergencia, en este caso democrática, ante el claro deterioro institucional que venimos padeciendo desde la llegada de Sánchez al poder. De ahí la perentoria necesidad de dejar atrás este ominoso lustro de Gobierno Frankenstein, que con sumo tino acuñara el difunto Rubalcaba. Ahora, gracias a la Junta de Castilla y León, descubrimos que existe también la «emergencia cinegética», en este caso relativa al jabalí, cuya creciente población hace estragos en numerosas comarcas de la región.

En concreto, esta declaración oficial afecta a 253 municipios –algo más del 11 por ciento– y pretende intensificar la caza del suido para controlar su expansión demográfica, que causa daños a cultivos agrícolas y accidentes de tráfico por su irrupción en las carreteras como un torpedo, sin olvidar que los ejemplares con tuberculosis propagan la enfermedad entre la ganadería extensiva, al conformar un reservorio. También se observa con inquietud la situación de países europeos como Alemania, donde jabalíes procedentes de Polonia introdujeron la temida peste porcina africana, con notables perjuicios para este sector cárnico tan relevante, y las autoridades han apostado claramente por la presión cinegética, con actuaciones incluso del Ejército, acompañada de otras medidas de seguridad como alambradas.
El ecologismo de salón y moqueta, que al final es el más mediático pero el de menor base científica, seguramente no pueda entender que, en pleno siglo XXI, el hombre deba intervenir para asegurar el equilibrio del medio natural cuando una especie se expande sin límites por carecer de depredadores. Por ello, la Administración autonómica articula un plan de gestión del guarro de monte, como contempla la normativa. Según explica Christian Gortázar, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad de Castilla-La Mancha y especialista en la relación ganadería-fauna silvestre, hay que tener en cuenta que el jabalí es particularmente prolífico. Con un año de vida ya se reproducen, cada camada sueles ser de cuatro rayones y la mitad llegará a edad adulta. «Por ello, sin la presión cinegética, la población aumentaría cada año un 40 por ciento, algo realmente catastrófico», señala el experto, quien destaca que la caza supone el aprovechamiento de un recurso natural renovable y contribuye a esa regulación. Además, se muestra partidario de limitar el aporte de alimento, mejorar la protección de cultivos y reforzar el trabajo conjunto entre técnicos y cazadores para obtener los mejores resultados. Invaden el campo, de maizales a montes, y ya rondan por la periferia de las ciudades. No cabe otra opción.

Ignacio Miranda Peña