El transporte interurbano de la provincia irá a la huelga en junio si no avanzan las negociaciones del nuevo convenio

Los trabajadores del sector de viajeros interurbanos de la provincia de León se concentraron este lunes en la estación de autobuses de Ponferrada para exigir que se desbloqueen, tras más de dos años y medio, las negociaciones para alcanzar un acuerdo sobre un nuevo convenio colectivo. Los sindicatos adelantaron la celebración de una huelga desde el 8 hasta el 10 de junio si la mediación entre la parte empresarial y la parte social no avanza.

En ese sentido, el principal punto de conflicto tiene que ver con la intención de la patronal provincial de modificar la fórmula de subrogación que afecta a los empleados del transporte escolar, algo que los sindicatos consideran un método para promover el “despido encubierto”. El punto propuesto por los representantes empresariales establece que cuando una empresa pierde la concesión, el trabajador puede subrogarse a la siguiente empresa que explote el servicio.

Ello, sumado a la “discrecionalidad total y absoluta” de que dispone el nuevo empresario para “señalar con el dedo a un trabajador y decidir quién se marcha”, provoca que los trabajadores sospechen que “los que lleven más de 10 o 15 años están en la picota”. “Es un tema económico, se va a ir el más antiguo”, explicaron.

En la misma línea, el secretario autonómico de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO en Castilla y León, Carlos López Inclán, acusó a la patronal de “poner la estabilidad del empleo en el sector en peligro”, introduciendo una modificación “peligrosa” sobre una norma estatal, que afecta a los más de 200 trabajadores empleados en el sector en la provincia.

Salario, jornada y dietas

Más allá de este asunto, las negociaciones también están enquistadas en lo que se refiera a la subida salarial, que los sindicatos aspiran a situar por encima del 2,5 por ciento para “recuperar el poder adquisitivo perdido durante la crisis”, así como un aumento de las dietas con las que cubren su alimentación o su alojamiento.

Además, los trabajadores también reclaman una modificación de la normativa para que los servicios que se prestan a menos de 50 kilómetros del centro de trabajo también tengan que usar tacógrafo digital, con lo que se evite que el mismo conductor pueda después llevar a cabo otro recorrido. “Con la actual normativa, las jornadas pueden llegar casi hasta el infinito”, criticó López Inclán.