PREMIOS MUJER 2024

El ‘superbólido’ que despertó la curiosidad en el Bierzo el 18 de enero de 2021

Aunque por norma general escribo mis artículos yo solo en El Bierzo Digital, así como en otros medios, este artículo concreto es obra tanto mía como de mi amigo Antonio Galeote, presidente de la Asociación Astronómica del Bierzo (ASASBI) y persona con una gran formación en el ámbito de la astrofísica. Juzgamos oportuno redactarlo porque hoy en día abundan (redes sociales) las vías para transmitir informaciones y estas no son siempre acertadas.

Según el Anuario del Observatorio Astronómico Nacional (OAN), se llama meteoro (que no meteorito) al fenómeno resultante de la penetración de una partícula de materia (meteoroide) en la atmósfera a gran velocidad. Por lo general, la fricción o rozamiento con la atmósfera provocan la volatilización de esa materia, si bien a veces eso no sucede y entonces el cuerpo material llega al suelo. Es entonces y sólo entonces cuando se llama un meteorito. Según el OAN lo normal es que para que eso suceda es que la masa del objeto al entrar en la atmosfera sea lo suficientemente grande (mayor de un kg.) y de consistencia sólida (rocosa o metálica).

Este tipo de fenómenos (meteoros) provocan luz y sonido, que es lo que los hace detectables sin utilizar ningún tipo de instrumento de medida. La luz está provocada por el hecho de que la materia al rozar con la atmósfera moviéndose a grandísima velocidad (mayor siempre de 39.000 km/h), se calienta tanto que se vuelve incandescente. En algunos casos la velocidad supera los 260.000 kilómetros por hora. El sonido es debido a que (como los rayos de tormenta) provoca un brusco calentamiento del aire que le rodea. Este calentamiento hace expandirse y después contraerse al aire provocando una serie de movimientos en el mismo (ondas) que al llegar a nuestros oídos percibimos como un tremendo ruido. Es importante señalar no obstante, que el ruido o sonido se propaga por el aire a una velocidad de 340 metros por segundo, mientras la luz en cambio se desplaza a una velocidad de prácticamente 300.000 kilómetros por segundo. Por tanto, la visión del mismo es instantánea, llegando a nosotros mucho más tarde el ruido que provoca.

En la Red hay una página en la que figura amplia información sobre este tipo de fenómenos tal y como se perciben en España, además de un registro de los mismos. Se titula RED DE INVESTIGACIÓN SOBRE BÓLIDOS Y METEORITOS (http://www.spmn.uji.es/espanol.html). En esta página se  denomina “bólidos” a los meteoros más luminosos que el planeta Venus (el astro más brillante del firmamento). Un somero vistazo a la misma muestra que fenómenos similares al observado en El Bierzo el 18 de enero, son más habituales de lo que parece, aunque eso sí, en general son mucho menos espectaculares. En el caso objeto del presente artículo se le denomina “superbólido”, ya que su brillo superó al de la Luna llena y ya se encontraría en el límite de generar meteoritos.

Las estrellas fugaces, con las que estamos más familiarizados, son digamos que mini-bólidos, es decir, partículas de muy pequeñas dimensiones y que por ello se desintegran con más facilidad, pero que antes se vuelven incandescentes y emiten una luz similar a la de una estrella y en décimas de segundo desaparece. Según datos del OAN, cuando esas partículas tienen un tamaño inferior a algunos centímetros, se suelen destruir totalmente a varios kilómetros de altura. ¡¡Por suerte!! habría que decir, pues dada su velocidad son potencialmente peligrosas. La atmósfera se comporta en este caso como un escudo protector.

¿De dónde proceden estos materiales? Pues según  la citada página, son restos de asteroides o de cometas por norma general. No obstante en algún caso (raro) pueden ser fragmentos procedentes de La Luna o Marte.

El superbólido, arriba a la derecha.

 

LO OBSERVADO EN EL BIERZO.

Lo observado en nuestra comarca el 18 de enero fue algo bastante excepcional y por ello despertó la curiosidad de muchas personas. La Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos lo denominó Superbólido SPMN180121. Con los datos recabados se intentará determinar, entre otras características, la trayectoria del mismo y los posibles lugares de caída de meteoritos, si bien encontrar estos requiere de unas buenas dosis de suerte. Por otro lado, determinando su órbita heliocéntrica se puede deducir el lugar del Sistema Solar de donde procede.

El que para entendernos llamaremos en este artículo “Superbólido del Bierzo”, fue observado desde muchas zonas de España  (Andalucía, Madrid, las dos Castillas, Euskadi, Galicia…);  incluso desde el Norte de Portugal. Se cita los nombras de varias personas que aportaron videos o fotografías del fenómeno. Asimismo, varios fueron las estaciones de video-detección que lo captaron. Ahora se debe estar analizando todo el material disponible para poder dar más detalles del fenómeno.

CONOCIMIENTO HISTÓRICO DE ESTOS FENÓMENOS

Este tipo de fenómenos , tanto las llamadas estrellas fugaces, como los bólidos, superbólidos y meteoritos; ya son conocidos desde hace muchos siglos. I Asimov ( Nueva Guía de la Ciencia. 1984); señala algunos datos muy curiosos sobre el conocimiento de los mismos a lo largo de la Historia, desde los tiempos de la Antigua Grecia. La diferencia es que actualmente disponemos de medios técnicos más sofisticados para ver el cielo y por ello son fenómenos que al menos para los aficionados a la astronomía y áreas afines son corrientes.

Bembibre, 9 de febrero de 2021

Rogelio Meléndez Tercero y Antonio Galeote Gutiérrez.