El ‘Año romántico’, la celebración del segundo centenario del nacimiento del escritor Enrique Gil y Carrasco, llega su fin, aunque algunos se resisten a admitirlo, como el responsable del teatro Bergidum, Miguel Varela, al que le gustaría que “no se cerrara nunca”, como ha manifestado este jueves en la presentación de la obra El Señor de Bembibre 2.1, que se representará este sábado a las 20:00 horas en el Bergidum.
A este acto de presentación de la pieza también ha acudido la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Ponferrada, María Antonia Gancedo, quien ha destacado la “nueva variante” que aporta la obra de Fabularia a la novela de Enrique Gil y Carrasco.
Algo en lo que ha coincidido Miguel Varela, que, tras destacar la trayectoria teatral de El Señor de Bembibre desde la muerte de su autor, ha concluido afirmando que la pieza de Fabularia “continúa esta tradición” pero sumándole “una visión más moderna”.
La última intervención de la presentación fue para el responsable de El Señor de Bembibre 2.1, el vallisoletano Raúl Gómez, quien en primer lugar ha excusado la ausencia de la berciana Trinidad Osorio, también de la compañía Fabularia, y acto seguido ha comenzado a hablar sobre su obra.
Beatriz, La Novia Cadáver
Según sus palabras, esta pieza, cuyo título ha sido consensuado con el público, “se ubica en la lectura contemporánea de la obra de Gil y Carrasco, olvidando la novela histórica y centrándose en la historia humana, la historia de amor entre Álvaro y Beatriz”.
Y dentro de los dos personajes, dando el protagonismo a Beatriz, porque es “la que toma las decisiones” en el romance, asemejando su figura a La Novia Cadáver de Tim Burton.
El integrante de Fabularia Teatro ha ido más allá en su reflexión sobre la obra y se ha detenido en la idea del amor romántico, afirmando que es “una de las raíces del maltrato y de la violencia de género, porque Beatriz es la víctima y Álvaro el que la rescata y la culpa de todo”. En este punto, la protagonista “asume unos roles a los que Fabularia ha querido dar “la vuelta”.
En definitiva, El Señor de Bembibre 2.1 trata la novela de Gil y Carrasco desde una visión próxima a las relaciones actuales, utilizando para ello títeres que ayudarán a alejarse de los personajes y entender la ironía de un “flashback desde la eternidad”.