El próximo parado que sea un diputado

Es una de las consignas que más se corearon en la reciente manifestación celebrada, hace unos días en Ponferrada, en contra de la reforma laboral. En el mes de Febrero hubo otra protesta en las calles, también por similares motivos, otra antes de las elecciones generales convocada en solitario por Comisiones Obreras en contra de la destrucción del empleo en el Bierzo, entre mientras, (que ya es retórica advervial) otra estudiantil por la querencia a las porras de los policías de Valencia y otra del movimiento de los “indignados”, (que lo estamos todos), con epicentro en Madrid y réplicas en muchos lugares de España. Eso fue en mayo pasado y en Ponferrada ¡como no podía ser de otra manera, también hubo movimiento!. Además en el mes de Septiembre de 2011, decenas de miles de personas procedentes de todas las cuencas mineras del Bierzo recorrieron Ponferrada en apoyo al sector de la minería del carbón, en una de las marchas más multitudinarias que se recuerdan en la ciudad en apoyo de la minería. Se trataba de la segunda marcha negra de los mineros que logró casi igualar a la primera, de la que por cierto se acaban de cumplir 20 años. Suma y sigue. El año pasado también hubo protesta en contra de la incineración de residuos en la cementera de Toral, y de vuelta a este 2012, el año se estrenaba además con manifestaciones y protestas vecinales por la instalación de antenas de telefonía móvil en Ponferrada. Seguro que me olvido de alguna más. Y lo que queda por venir. Los bercianos siempre hemos sido gente de defensa a ultranza de lo nuestro, gente solidaria, emprendedora y trabajadora, a la que no nos gusta que nos toquen lo más sagrado “el empleo y el bolsillo”, no sé muy bien si en ese orden… y en una de esas manifestaciones oí la consigna del titular: el próximo parado que sea un diputado, deseo que colmaría las expectativas primero de cualquiera que no se dedique a la política, pero también la de correligionarios, críticos, oficialistas y simpatizantes, dependiendo del diputado que se trate. El rechazo hacia los representantes de lo público, ha alcanzado tales cotas entre la sociedad, que andamos todos con ansía, que diría José Mota, de que ellos mismos puedan probar algún día su propia medicina. A ver si el “TLV” arregla esto. No estaría mal la irrupción de este paisano singular en los parlamentos, repartiendo a diestro y siniestro, con su vara verde de justicia… en los parlamentos y otros foros muy politizados. Ahora viene la huelga general, convocada por los sindicatos. Desde la restauración de la democracia esta será la sexta huelga general de 24 horas de la historia de España y la segunda que se convoca a un Gobierno del PP. La primera huelga que se hizo en el país se celebró en el año 1985 durante el Gobierno de Felipe González por la ley de Pensiones. Décadas después, no hay nada nuevo bajo el sol. Las consignas que hemos escuchado durante tanto tiempo volverán a retumbar en las calles. Las frases que se toman como arengo de masas y que animan la movilización como verdaderos hit-parade. Números uno de las listas musicales. He aquí una prueba de las favoritas:

–Obrero despedido, patrón colgao- -Contra el Capital, Huelga general- – El pueblo unido, funciona sin partido -Botín cabrón, trabaja de peón – La próxima visita será con dinamita- La ley de extranjería, para la reina Sofia. -Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra, si esto no se apaña, caña, caña, caña…- Luego diréis, que somos cinco o seis -. ¡Manos arriba, esto es un atraco, nos roban los derechos y la banca gana a saco!- Hacía falta ya una huelga una huelga, hacía falta ya una huelga general.

Que cada uno ejerza en conciencia cualquiera de las dos acciones, la huelga y el trabajo, que vienen recogidos en nuestra Constitución.