PREMIOS MUJER 2024

El primer campamento del Teleno

El viejo autobús aguantaba los baches y la polvareda ,que dejaban atrás ,los imborrables recuerdos de aquel campamento , aquí , en el Monte Teleno.

Año de 1956, Astorga.

No es de extrañar que aquellos niños,  que emprendieron aquel viaje , regresaran impregnados de mil y una aventura e ilusión.No lo era , para unos pequeños, que no gozaban de inmunidad ante la pobreza ,y mucho menos , de los caudales dignos de cualquiera ,de entre las barriadas de esta añada ciudad .

Es honorable y conmovedor devolver un poquito el sueño al descreído mientras se ajustan y colocan algunos peldaños, sobretodo, los de los menos favorecidos.

Y así fue , de entre aquellas secuelas de la vida misma, como se fundó el primer campamento , junto con Caritas , para los niños necesitados .

Aquel trayecto que unía Astorga con la antigua Somoza, parecía interminable, algunos tramos aún sin asfaltar, y tardarían incluso mucho más ,alcanzando aquellas obras ,hasta casi entrados los años 70 .

Pero no impidieron aquel gran propósito.

El viejo autobús , llegaba hasta la misma plaza de Molinaferrera, localidad situada bajo el monte Teleno, donde tras una larga caminata, implantarían el campamento en el lugar conocido como Codesal , al lado Del Río Cabrito.

Aquel lugar lleno de Magia se convertiria ,días después, en una auténtica amenaza.

Día 12 del Campamento:

Llueve , comienza la tormenta, al atardecer.

Los relámpagos inundan de luz el campamento, los pequeños atemorizados, no dejan de rezar .

El agua se desliza por las laderas haciendo grandes charcos , pasadas unas horas, casi cubre sus pequeñas rodillas.

Viendo la gran tormenta , los vecinos de Molinaferrera, preparan los carros con las vacas y se encaminan valle arriba en su busca .

Pedro , propietario del único vehículo del pueblo, arranca su land Rover , atravesando la riada que se avecina kilómetros arriba hasta llegar al campamento.

Los pequeños, llevan un rato agarrados a los árboles de Codesal, sus manitas se aferran con fuerza , esperando aquellas luces que se acercan desde el horizonte.

Aquel land Rober rescató a los primeros , y asi , regresó hasta tres veces , a por los siguientes.

En el último viaje, el nivel del agua , sobrepasada las ruedas, aún así , llegaron a su destino.

El monte Teleno, se asoma inerte , avizor y silencioso, espera , con la paciencia de los Dioses , hasta que amaine la tormenta.

Pero aquellos pequeños tuvieron la fortuna de estar a su abrigo y en su hechizo, al lado de su luz , haciendo de ellos , grandes y hermosas personas.

A mi amigo José Blanco, y mi agradecimiento a Xisto Ramos Cañete , por sus fotografías.

 

Isasy Cadierno