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EBD Desde los orígenes de la Hermandad de Jesús Nazareno de Ponferrada, en los albores del siglo XVII, ya se procesionaba y rendía culto a Nuestra Señora de la Soledad. En la actualidad, la imagen recorre las calles de Ponferrada en tres procesiones: Procesión del Encuentro, en la mañana del Viernes Santo; Procesión del Santo Entierro, en la tarde del Viernes Santo y Procesión de Nuestra Señora de la Soledad, al anochecer del Sábado Santo. Además, desde hace 3 años, hay una réplica en miniatura, procesiona portada por los niños y niñas de Ponferrada en la Procesión infantil. Esta imagen es la segunda en importancia de la imaginería ponferradina, por detrás del Jesús Nazareno.
El Obispo de la Diócesis, juntamente con la comunidad local, ha juzgado oportuno coronar canónicamente la imagen de la Santísima Virgen María en su devoción de Nuestra Señora de la Soledad de Ponferrada. Se ha tenido en cuenta “que dicha imagen, por la gran devoción de los fieles, goza de gran popularidad,” de tal modo que la iglesia de San Andrés donde se venera es el centro de su genuino culto litúrgico y las procesiones con las que se manifiesta la devoción que los fieles le tienen son una oportunidad privilegiada para la manifestación de la fe y un motivo para un posterior y activo apostolado cristiano”. Se trata de una decisión extraordinaria por parte de la Iglesia y un privilegio reservado para casos muy excepcionales. Con este rito reafirma la Iglesia que santa María Virgen con razón es tenida e invocada como Reina”, afirman los organizadores del acto. En la actualidad, solo hay tres imágenes marianas coronadas en la provincia de León. Será la primera imagen mariana de Semana Santa coronada.
Los actos
Los actos comenzarán a las 11:30 horas de mañana, domingo 11 de Mayo, con el traslado de la imagen desde la iglesia de San Andrés hasta la Basílica. La imagen ingresará en la Basílica en solemne procesión y se ubicará en el presbiterio, lugar donde tendrá lugar la coronación por el Obispo de Astorga.
El momento de la coronación será dentro de la eucaristía, al finalizar la homilía del Obispo, siguiendo el rito establecido (entre las 12:15 y 12:30 horas).
Al finalizar la eucaristía se celebrará una procesión extraordinaria, con la imagen ya coronada, desde la basílica hasta la iglesia de San Andrés.
Por motivos Litúrgicos, la imagen procesionará en las andas que le hizo el escultor coruñes José Juan González (autor de la Carrasca) a mediados del siglo pasado y que se dejaron de usar en 1971 al adquirir el manto grande. Al tener que introducir la imagen al interior de la basílica en procesión y tener que colocarla en el presbiterio (por determinarlo el ritual), no es posible físicamente procesionar en las nuevas andas estrenadas en la pasada Semana Santa de 2.014.
La imagen procesionará con una mantilla elaborada en granada, regalo de la asociación ‘Nuestra Señora de la Encina’ que sustituirá a las toca de monja.
La imagen
La actual imagen de Nuestra Señora de la Soledad (la primitiva fue destruida durante la ‘Francesada’; Al finalizar esta se realizó otra de muy poco valor artístico, dando paso a la actual) presenta las siguientes características escultóricas: Paso compuesto por una única figura de bulto para vestir y de madera policromada: Nuestra Señora de la Soledad, de 1.854 y obra de Manuel Félix López. Destacan las lágrimas que surcan su rostro y el enorme manto bordado en oro. Dispone de tres juegos de manos: unas separadas para la procesión del Encuentro y otras dos entrelazadas para las procesiones del Entierro y de la Soledad.
La imagen de la Soledad es una imagen para vestir, por lo que la policromía y el acabado de más alta calidad se circunscribe a las manos y la cara. No obstante, tiene un rasgo distintivo y es que no está formada por un bastidor de madera, como es normal en este tipo de vírgenes, sino que tiene tallado el cuerpo, las piernas y los brazos en madera pintada a modo de ropajes interiores. Incluso, tiene tallados y policromados unos zapatos negros.
La corona es obra del taller Restaur Art de Puente Órbigo. Se trata de una corona de estilo renacentista del tipo de las denominadas imperiales, realizada con lámina de plata de ley. Está compuesta por canasto y aureloa con ráfaga totalmente calada en su conjunto, con piedras de cristal de Baccarat azul engastadas. Remata la obra una preciosista cruz latina finamente labrada. El canasto es cilíndrico, abierto por su parte superior a modo del estilo de la corona medieval española, decorada con motivos vegetales y jarrones de flores. Sobre el basamento de moldurón en cenefa se levanta el frontal rematado por placas recortadas. La aureola y ráfaga forman un conjunto interrelacionado, sólo diferenciado por un aro con cenefa. La ráfaga está compuesta por haces de rayos biselados alternando con grecas. El especial tratamiento de la aureola como un gran haz de luminosidad, viene dado porque simboliza un auténtico resplandor, con su juego centelleante de brillos y contraluces.