PREMIOS MUJER 2024

El mandarinato se resiste

Los empresarios de Castilla y León han pedido a los Reyes Magos un futuro gobierno PP y CS tras las elecciones del próximo mes de mayo, según la revista Castilla y León Económica. Sin duda, la petición está influenciada por la situación en Andalucía, donde todo depende de un tercero en discordia, Vox. Allí, en Andalucía, los empresarios están contentos con el experimento tripartito de la derecha tras casi cuarenta años de gobiernos socialistas; aquí, en Castilla y León, con casi tantos años de gobiernos de derechas, los empresarios quieren más de lo  mismo. Allí prefieren el cambio; aquí, la continuidad. Lo que es malo allí, en Andalucía; aquí, en Castilla y León, es bueno. Los vicios que generan casi cuarenta años de gobierno son una excusa para el cambio en Andalucía; aquí, en Castilla y León es una excusa para la continuidad al no detectar aquí los empresarios vicios de ningún tipo. Ay, dios mío.

El encefalograma del sentido crítico es tan plano en Castilla y León que no sorprende a nadie que una jueza haya obligado a la Junta a sacar a concurso público 63 licencias de televisión digital local, a repartir entre todas las provincias de la Comunidad. La Junta se ha resistido durante años a licitar esas licencias televisivas no vaya a ser que se molestasen los mandarines y detentadores del monopolio televisivo en la Comunidad. Monopolio que sólo en los últimos cinco años ha recibido cerca de cien millones de euros en ayudas directas de la Junta y alguno más en concepto de publicidad de fundaciones, institutos y asociaciones púbicas, todas ellas vinculadas al gobierno regional o a las Cortes regionales.

Otras comunidades autónomas ya hace años que sacaron a concurso las citadas licencias televisivas locales. Aquí, no. Hasta ahora. La sentencia judicial de la sección primera de la Sala de lo Contencioso Administrativo de Valladolid del pasado mes de mayo ha obligado a la Junta a dar en diciembre los primeros pasos para poner en marcha los trámites burocráticos del nuevo concurso público televisivo. Se espera que las bases del concurso se aprueben antes de las elecciones autonómicas de mayo y su resolución será ya a finales de 2019, es decir con el  nuevo gobierno salido de las urnas del 26 de mayo. Hay expectación por conocer las bases de ese concurso sobre todo entre los empresarios de corte más liberal. Aquellos que no tienen miedo a la competencia ni a la libertad de mercado.

La tecnología ha hecho posible en los últimos años que una televisión no requiera una inversión tan alta como la que era necesaria hace veinte o treinta años. Los actuales mandarines televisivos alegan en cualquier caso que esa inversión echará para atrás a posibles inversores en las nueves televisiones digitales locales. A lo que de verdad tienen miedo es a perder el monopolio de repartirse los 20 ó 25 millones de subvención y de publicidad institucional anuales, ya que las nuevas televisiones también tendrán el mismo derecho a acceder a esas ayudas públicas e institucionales. Cuántas más televisiones haya, más entrarán en el reparto y menos se llevarán quienes hasta ahora han detentado el monopolio televisivo.

Y luego está la ruptura del monopolio televisivo informativo. Los mandarines ya no tendrán tan fácil  ocultar, por ejemplo, entradas y salidas de la cárcel por procesos de corrupción. Bueno, bueno, no hay que echar las campanas al vuelo. Que estamos en Castilla y León y aquí ya se sabe que desde hace casi cuarenta años no cambia nada. ¿Por qué lo va a hacer ahora? Seguramente para impedir el cambio se ha fomentado el auge de Vox. Al tiempo.