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El etarra berciano Corporales niega haber estado en Madrid cuando se produjo el atentado de López de Hoyos

"Gitanillo", nacido en Cubillos del Sil, mantiene que no tuvo implicación en la explosión de una furgoneta militar del 21 de junio de 1993, que costó la vida a siete personas y produjo heridas a una veintena, tres de ellas niños que esperaban el autobús escolar
Imagen de archivo del etarra berciano Jesús García Corporales.

Jesús García Corporales, alias “Gitanillo”, “Legionario” y “Josu”, ha declarado este lunes sobre su supuesta implicación en el atentado del 21 de junio de 1993 que costó la vida a siete personas en la glorieta López de Hoyos de Madrid, seis militares de las Fuerzas Armadas y un conductor civil que viajaban en una furgoneta. Otras 20 personas presentes en las cercanías resultaron heridas de diversa consideración, tres de ellos niños que esperaban el autobús escolar.

La potente explosión, que fue accionada a distancia, causó la muerte en el acto de los ocupantes de la furgoneta. Los cuerpos de algunos de ellos salieron despedidos fuera del vehículo, volando hasta alcanzar la calzada del paso superior de la glorieta de López de Hoyos.  Por efecto de la onda expansiva resultaron dañadas 446 viviendas de 30 edificios diferentes.

Una segunda explosión en la calle Serrano, una hora después de la primera, con la intención de destruir el vehículo utilizado en la huida por los terroristas, hirió a otras tres personas, a una de ellas gravemente.

Nunca se identificó a los autores pero, veinte años menos un día después, el hijo de una de las víctimas, el periodista de El Español Pablo Romero, consiguió que se reabriera el caso después de interponer  recurso en la Audiencia Nacional, lo que provocó la imputación del histórico dirigente de ETA Ignacio García Arregui, alias “Iñaki de Rentería”.

Durante la consiguiente investigación, la Policía Nacional fue quien relacionó al berciano García Corporales con el atentado a través de un informe presentado en junio del año pasado, que lo situaba en un Ford Fiesta rojo en el lugar de los hechos -el que posteriormente explotó en la calle Serrano-, lo que dio motivos a la sección tercera de lo Penal de acceder a incorporar esos documentos a la causa y llamarlo a declarar, según recoge “Mi lucha contra ETA”, la investigación de Pablo Romero publicada en El Español.

El ex miembro de ETA, que ha declarado a través de videoconfrencia, ha negado categóricamente su presencia en la capital especificando que huyó a Francia en 1989 y que no volvió a territorio español hasta su encarcelamiento.

A García Corporales, acogido a la Vía Nanclares, se le vinculó además con los atentados en los que Irene Villa perdió las piernas, en 1991, y en el del estadio Vicente Calderón de Madrid en 1992, que se saldó con varios policías heridos. El berciano de nacimiento fue condenado a 63 años de prisión por el intento de asesinato de tres guardias civiles en 1989 y a 19 años por su participación en un atentado contra un cuartel de la Guardia Civil en Llodio.

En 2009 condenó el atentado de la casa cuartel de Burgos, lo que le valió su traslado desde la cárcel de Villabona, en Asturias, a Nanclares, en Álava, y su expulsión de la banda poco después, según publicó el periódico Gara el 3 de abril de 2010, “por asumir la estrategia del enemigo”.

En libertad desde 2014

El berciano salió de la cárcel en diciembre de 2014, después de que la Sección Tercera de la Sala de lo Penal acordara descontarle de la condena cuatro años que había cumplido en Francia. En la actualidad reside en Francia, en Hendaya.

Nacido en Cubillos del Sil

Jesús García Corporales nació en 1960 en Cubillos del Sil, donde pasó su infancia, al trabajar su padre en la central térmica de Compostilla. Tras un breve paso por Zamora, se trasladó a vivir definitivamente a la localidad alavesa de Llodio, donde entraría en contacto con ETA pasando a intregrarse en sus filas. Pese a sus raíces bercianas, no tiene familia en la comarca, según fuentes de la lucha antiterrorista.