Violeta R. Oria El Consejo de Gobierno ha aprobado este jueves un decreto para la gestión y conservación de la Red Natura 2000 en Castilla y León, que determina los objetivos y prioridades básicas de conservación de los hábitats naturales y las especies.

Esta planificación europea afecta en Castilla y León a más de la cuarta parte de su territorio -después de Andalucía es la Comunidad con más representación en España- y constituye la mayor apuesta de conservación realizada a nivel europeo. Incluye 120 Zonas de Especial Conservación (ZEC), constituidos por los antiguos Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), y 70 Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

En el Bierzo, el Alto Sil, la Sierra de Ancares y los Montes Aquilanos están calificados de ZEPA y de LIC, por lo que serán las zonas más beneficiadas por la nueva normativa. En el plan director aprobado previamente al decreto también se contempla, como zona LIC, toda la ribera del Sil y sus afluentes a su paso por la comarca.

Alto Sil y Ancares: osos y urogallos

El área del Alto Sil también comprende la Reserva de Biosfera Valle de Laciana y se encuentra dentro del ámbito de aplicación del Plan de Recuperación del Oso Pardo y del Plan de Recuperación del Urogallo cantábrico en Castilla y León.

Esta ZEPA forma parte del núcleo más importante de la población de urogallo cantábrico, junto con la ZEPA de Omaña. Según datos de 2005 las dos áreas albergan el 39% de los cantaderos inventariados y por ello son de vital importancia para la conservación de la subespecie y como área de expansión de zonas colindantes como Los Ancares leoneses  y Los Ancares lucenses.

Montes Aquilanos: Aguiluchos cenizos 

Las poblaciones de Aguiluchos de la Zepa “Montes Aquilianos” están catalogadas “de importancia internacional”, si bien asociaciones como Tyto Alba vienen alertando de que las actividades turísticas están poniendo en peligro sus zonas de cría.

Según la Directiva Hábitats, la red debe garantizar el mantenimiento o, en su caso, el restablecimiento en un estado de conservación favorable de las especies y de los hábitats naturales de interés comunitario, así como de los hábitats de las especies en su área de distribución natural.

A tal fin los estados de la Unión Europea deben fijar las medidas de conservación necesarias que respondan a las exigencias ecológicas de las especies y los hábitats naturales, tomando también en consideración las exigencias económicas, sociales y culturales, así como las particularidades regionales y locales de la población.

La transposición de las directivas citadas al ordenamiento jurídico español se realizó a través de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. Esta norma establece la obligación de planificar las medidas que se adopten para garantizar los compromisos aludidos, es decir, el mantenimiento o restablecimiento del estado de conservación favorable de las especies y hábitats de interés comunitario y las especies de aves amparadas por la Directiva Aves.