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El comité de empresa de Ciuden hace un “decepcionante” balance de los últimos cuatro años y ve peligrar el futuro

Afirma que el Gobierno no explota la planta de tecnologías en todo su potencial y que su laboratorio de referencia mundial, que costó 3,5 millones, apenas se usa
Imagen de la planta de tecnologías del CO2 de Ciuden y sede la Fundación

El comité de empresa de la Fundación Ciudad de la Energía afirma que cuando “el actual director general tomó posesión de su cargo, en marzo de 2014, trasladó a la plantilla y a la ciudadanía berciana que su propósito como gestor era hacer cumplir el acuerdo del Consejo de Ministros que decretaba la extinción de la Fundación y la integración de sus actividades en otras entidades públicas, garantizando la continuidad de los proyectos que se estaban desarrollando”.

Un año y medio después de aquellas declaraciones,  “tenemos que anunciar que nuestras expectativas han sido truncadas. No hemos visto una clara apuesta por nuestra actividad, ni se han materializado los frutos esperados, lo que ha llevado a un goteo constante de trabajadores que dejan la Fundación ante la falta de perspectiva de futuro. La situación no puede ser más desalentadora”, afirman en un comunicado.

El balance de lo realizado en los últimos cuatro años, en palabras del comité, “es decepcionante”. Por ello, “y pese a las críticas que sin duda recibiremos de los que han hecho de esta Institución su campo de batalla política particular, la plantilla actual de la Fundación considera que como empleados y ciudadanos preocupados por la gestión del dinero público, debemos poner en conocimiento de la opinión pública qué se ha hecho en este tiempo en Ciuden y qué expectativas tenemos”

Programa de Desarrollo de Tecnologías del CO2

Los representantes de los trabajadores recuerdan que el desarrollo de los proyectos relacionados con la novedosa tecnología de oxicombustión supuso una inversión de más de 116 millones de euros, de los cuales se ha obtenido de la Comisión Europea unos 93 millones de euros en el marco del Programa PEER (Programa Energético Europeo para la Recuperación), con los que se ha construido una planta de referencia en el mundo por su tamaño y flexibilidad, en
Cubillos del Sil, así como otra planta dedicada a la investigación de la inyección geológica del CO2 en la provincia de Burgos.

“Es importante destacar que las posibilidades de las instalaciones mencionadas, no se limitan a la tecnología de oxicombustión del carbón para la posterior captura y secuestro del CO2, sino que cuentan con una gran versatilidad que permite abrir nuevas líneas de investigación y desarrollo tecnológico relacionadas con la combustión limpia de otros combustibles, el aprovechamiento de residuos de la combustión, el ensayo de materiales o los usos industriales del CO2 capturado, entre otros”, explica el comunicado.

“Desde su creación, Ciuden ha cosechando éxitos para nuestro país en diferentes convocatorias europeas de proyectos de investigación que no tienen que ver exclusivamente con la oxicombustión, y cuyos fondos recibidos ascendieron a casi 4 millones de euros”, recuerda los representantes de los trabajadores.

También explican que “gracias al esfuerzo y trabajo realizado, las instalaciones de Cubillos del Sil y de Hontomín son referentes tecnológicos. Durante su congreso mundial de Oxycombustión, la empresa coreana Doosan conoció en detalle el proyecto de Ciuden, que dio lugar a la firma de un contrato que ha supuesto a la Fundación unos ingresos de más de 2 millones de euros. “Con este ejemplo, se pone de manifiesto que las posibilidades de Ciuden de concurrir a nuevos proyectos de investigación tecnológica, y de buscar la colaboración con empresas privadas del sector, siguen vigentes”, manfiesta el comité de empresa.

Sin embargo, a pesar de “las posibilidades de las plantas construidas”, Ciuden está viviendo de “rentas pasadas”, según hacen público los empleados. “No se ha logrado ningún proyecto nuevo desde 2013. Los proyectos en los que estamos trabajando finalizarán en mayo de 2016, sin ninguna confirmación por parte de la Dirección de actividad para el futuro próximo”.

Prácticamente “igual, sin casi actividad”, “se encuentra la plataforma de investigación en suelos (PISCO2), en la que se podrían desarrollar proyectos como el aprovechamiento de residuos procedentes de la combustión para enmienda de suelos, nuevos fertilizantes, etc”, añade.

La Fábrica de la Luz

Sobre el que en su día se llamó Museo Nacional de la Energía, al que el comité recuerda que le cayó lo de ‘Nacional’, y que ahora se llama la Fábrica de la Luz, los trabajadores afirman que la actividad cultural y divulgativa se encuentra muy limitada pese a los esfuerzos de los trabajadores implicados en dar un impulso a dichos contenidos.

“La Fábrica de Luz es un museo singular y con una gran exposición, pero con pocos visitantes y una apuesta muy vaga por parte de la Dirección de la Fundación. El futuro de la obra de la otrora sede central del Museo de la Energía (con un presupuesto de adjudicación de más de 22 millones de euros) es una incógnita, no habiendo planes en la actualidad para su apertura o utilización museística. La intención reafirmada de la Dirección es separar esta rama museística de la Fundación, para lo que se está buscando un ente o institución que se haga cargo del museo en funcionamiento y del gran edificio aún en obras, una vez terminado”, afirma el comité

Ciuden Vivero

El objetivo principal con el que se creó Ciuden Vivero fue el de formar trabajadores y producir planta autóctona para proyectos de recuperación ambiental de zonas deterioradas por la Minería. La comarca cuenta con más de 600 escombreras que suman cerca de 5.100 hectáreas. “A pesar de incluir cuantiosos fondos para la restauración ambiental de estas comarcas en los sucesivos planes y marcos de apoyo al carbón gestionados por el Ministerio de Industria, desde 2012 se han suspendido las iniciativas de restauración ambiental de Ciuden. Estas iniciativas cumplían el doble objetivo de la reconversión de capital humano creando empleo directo y formando en profesiones alternativas a la minería, y la recuperación de amplias zonas para uso y disfrute de sus habitantes. Si se mantuviesen los programas de formación ocupacional que han venido dando empleo a 60 personas en cada convocatoria, se paliarían algunos de los efectos negativos del declive de la minería en una zona de El Bierzo tan castigada en los últimos años”, señala la extensa nota.