Conocí el concepto del café pendiente hace pocas semanas. Ideas como estas merecen un espacio para el comentario y para la reflexión de todos, en épocas como las que vivimos, en las que los ríos bajan revueltos por el temporal y el deshielo, y el ambiente se hace irrespirable en la política local, en las reivindicaciones sociales y en las mermas y penurias de todo tipo. Acabó la Semana Santa, período en el que palabras asociadas como el amor fraterno, el perdón y la ayuda al prójimo, adquieren su pleno significado. Con el fin de la Semana de Pasión, apareció en algún periódico de tirada nacional, ese proyecto que me llamó la atención: el café pendiente. Una idea procedente de Nápoles, según cuentan, que consiste en algo tan sencillo y tan al alcance de cualquiera que tenga ganas y medios de compartir, como es pagar dos cafés y tomarse uno. El que queda pendiente pasa al bote de la solidaridad, al saco de la generosidad que puede cambiar muchas vidas.
No solamente un café, se pueden pagar dos comidas en un mesón y dejar una pendiente para la persona que lo necesite. O en una tienda de ropa, dos chaquetas, tres abrigos cada uno en la medida de sus posibilidades. ¡Qué fácil, que buena moneda de pago, que intercambio más interesante!…, a éste intercambio no podría negarse mucho el gobierno, porque algo tributa ¿no?… Banco del algo pendiente. Buen nombre y mejor objetivo. Sé que habrá quien ponga en duda todo, acordándose de la picaresca pero si de eso nos fiamos, no haríamos nada en la vida, donde todo está en entredicho. Lo primero la propia Constitución que necesita a gritos esa reforma para garantizar lo que pregona: vivienda digna, empleo, igualdad
El Café Pendiente. Si es que tiene título de Premio Nobel, esos premios que distinguen las acciones de mayor beneficio a la Humanidad. La humanidad, está necesitada de acciones como esta, que eliminan de un plumazo el egoísta y ofensivo dicho el que venga detrás que arree aquí el que viene detrás hereda la solidaridad de uno que vive mejores momentos y que puede verse en cualquier momento en el otro lado de la escena.
Para sacar un poco de ironía a la situación, porque estamos muy necesitados de dosis de humor y de optimismo, ¿Se imaginan trasladar el café pendiente a otros órdenes de la vida?. La política por ejemplo: .vamos a presentar dos mociones de censura, y así si viene un gobierno poco aconsejable para los intereses de los ciudadanos los nuevos tienen el camino andado…
Inauguraremos la autovía a Orense y ya dejamos de paso estrenada la de La Espina, para quitarnos la ídem de encima compraremos seis coches oficiales para que queden tres pagos, con sus chóferes y los dejaremos rodados en solidaridad con los jefazos nuevos que vengan detrás y pasará como el último viaje institucional de visita al Bierzo, que recuerdo al que acudieron cuatro representantes de diferentes administraciones con sede en León ciudad, cada uno en un coche, cada uno con su chófer y las otras tres plazas del vehículo, (de cada vehículo oficial que pagamos todos), sin ocupar… alguien les podría informar de la opción del monovolumen, que es igual de válida, no tan glamurosa, pero no deja facturas pendientes para que paguemos los ciudadanos. Ay! Ay! Ay! Ay!