PREMIOS MUJER 2024

El avance del conocimiento científico

El incremento del volumen de conocimientos científicos, (para bien o para mal), es imparable.

Los avatares de la vida me han traído-por unos días- a Madrid, ciudad en la que pasé varios años (básicamente estudiando) y por una serie de motivos que no viene al caso explicar cayó en mis manos un pequeño libro que lleva por título “La profesión de geólogo”, publicado por el Colegio Oficial de Geólogos de España. Aunque en sus páginas se tratan asuntos muy diversos (siempre acordes evidentemente con el título), quizá lo mas interesante para el público en general son los datos sobre nacimiento y desarrollo de algunas instituciones científicas como el  Museo Nacional de Ciencias Naturales, el Instituto Geológico y Minero de España, el Instituto Geográfico Nacional o la propia  Universidad en lo concerniente a la geología.

Las  instituciones citadas no son mas que cuatro ejemplos del espectacular desarrollo del conocimiento científico. Supongo que en otros ámbitos (medicina por ejemplo), habrá ocurrido algo muy similar, pero los artículos he de elaborarlos en base a la información que tengo mas a mano y por ello me referiré  las instituciones vinculadas a la geología.

Antes que nada quizá una buena forma de expresar este descomunal desarrollo, sea traer a colación una de esas historias, anécdotas o historietas que con el paso de los años se nos van quedando gravadas en la memoria. Ocurrió en la escuela de  la pedanía de Castropodame en los años 60 del pasado siglo un día en que tocaba hablar de un libro “Las Etimologías”, de San Isidoro del que se decía en las enciclopedias de la época que en sus páginas se contenía todo el saber de la Edad  Media. El maestro de la época D. Felipe Sánchez, comentó que si en la actualidad (años 60 del siglo pasado) hubiese que hacer un libro para meter en el todo el saber debería ser tan grande que llegaría desde Castropodame a Ponferrada, distante unos 15 km. Era un modo muy expresivo de poner en evidencia una realidad, que hoy día ya bastantes décadas después es aún mucho mas evidente.

Volviendo ya al tema principal me centraré básicamente en la Universidad pues es quizá donde mejor se percibe-en base a los datos que yo tengo-  ese espectacular avance del conocimiento científico.

FACULTADES DE CIENCIAS GEOLOGICAS

Actualmente el título de licenciado en geología (geólogo a secas), se da en las siguientes universidades españolas: Barcelona (Autónoma y Central), Bilbao, Madrid (Complutense),Granada, Huelva, Oviedo, Salamanca y Zaragoza; pero hasta llegar a esta situación se ha recorrido un largo camino, que en todas sus etapas ha llevado implícito el incremento del volumen de conocimientos científicos. Veamos.

En general se suele admitir que el siglo XVIII, constituye una época destacable en la historia del progreso científico de la Humanidad, por ello se le llama “El Siglo de las Luces” y justamente en este siglo se sitúa en el libro analizado por mi el que a efectos prácticos se considera el nacimiento o el embrión de las facultades actuales de ciencias geológicas. En 1787 el Marqués de Floridablanca, dispuso que se fundasen en Madrid los estudios de Ciencias Naturales. Sus clases se impartirían en los locales del Real Gabinete de Historia Natural, institución que había sido fundada escasas décadas antes, es decir en 1752.

En 1799, se dispuso por Real Decreto la edición de una revista denominada Anales de Historia Natural, (Ciencias Naturales). La revista en cuestión es considerada la primera revista científica sobre geología editada en España.

En los primeros años del siglo XIX, se fue imponiendo la idea de que la universidad no debería limitarse a mera transmisora de conocimientos (como hacen hoy día los centros de enseñanza mas elementales), si no que debería crear nuevos conocimientos es decir hacer investigación. A partir de 1813 se creo en Madrid una universidad central donde se realizarían todos los estudios que asimismo se impartirían en otras nueve universidades (las que entonces había en España).Por lo que a la Ciencia respecta lo mas importante fue sin duda que se crearon algunas cátedras nuevas y por primera vez en la historia de nuestro país las de Exactas (Matemáticas), Físicas y Naturales.

En 1846 se inaugura en Oviedo su Gabinete de Historia Natural, en la Universidad ya existente en aquella ciudad. En 1848 en la Universidad de Oviedo se crea la cátedra de Historia Natural. En esta época (año 1850) en Madrid se producen nuevos cambios. Se creo la Sección de Ciencias Naturales que  hasta entonces debía estar anexada o agrupada con Físicas y Matemáticas. Es un ejemplo claro de un fenómeno que se ha seguido produciendo hasta nuestros días y que todo hace suponer que continuará cada vez mas acentuado en el futuro. El incremento del volumen de conocimientos obliga a que dentro de una disciplina científica surjan nuevas ramas a partir de las cuales aparecen otras y así sucesivamente.

En 1857 y al amparo del Plan Moyano (ministro este muy citado en cualquier estudio de la historia de la enseñanza en nuestro país); se crea en la Universidad Central de Madrid la Facultad de Ciencias en la que se impartían entre otros los estudios de Ciencias Naturales. Después hubo una serie de pasos importantes pero por lo que atañe al propósito del presente artículo lo mas destacado es que en el año 1944 la Facultad de Ciencias de la U. de Madrid se divide en cuatro secciones: Matemáticas, Físicas, Químicas y Naturales. Dentro de esta última sección se impartían enseñanzas de Biología y Geología. Existía por tanto la licenciatura en Ciencias Naturales, pero no una licenciatura propia de Ciencias Geológicas; situación que no se produciría hasta el año 1953. Habría que esperar no obstante hasta 1964 para que en la Universidad de Madrid se crease definitivamente la sección de Ciencias Geológicas, que en el año 1975 se transformaría en Facultad de Ciencias Geológicas. Lo lógico es que las diversas especialidades que se imparten en la actualidad (Paleontología, Geología Estructural, Mineralogía, Geoquímica,….); dispongan en el futuro de su propia facultad y mas aún que existan universidades dedicadas exclusivamente a la enseñanza de la geología (algo parecido ya existe incluso en España).

OTROS CASOS. CONCLUSION

Ya he señalado que un camino similar han seguido otras instituciones concretas dedicadas a la búsqueda (investigación) y difusión (enseñanza) del conocimiento científico y cabría añadir que nos hallamos en una etapa en la que ese florecimiento de entidades de esta índole llega incluso a los niveles mas insospechados hace algunas décadas. En muchos (casi todos) los pequeños pueblos surgen asociaciones culturales que en algunos casos dan paso a otras de marcado carácter científico. Un buen ejemplo en nuestra comarca lo constituye la Asociación Mineralógica Aragonito Azul (sede en Bembibre), cuya labor no es sólo divulgativa (enseñanza), si no que también promueve labores (en su modesta medida claro está) de estudio de los minerales y otros campos del saber análogos. En definitiva que a un nivel tan modesto como el nivel local, se están dando los pasos que a nivel nacional se daban en el siglo XVIII.

El avance científico trae consigo el avance tecnológico que en nuestra época (y también en otras aunque menos evidente); se esta mostrando como algo espectacular. Creo que no hace falta dar mas detalles (informática, telefonía móvil, transportes,…..).La gran cuestión es a donde nos llevará esta carrera, pues por lo que sabemos es un arma de doble filo. Al final no me queda otra que dar la razón a la Biblia cuando habla de “la Ciencia del Bien y del Mal”.

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Madrid 7 de diciembre de 2013.

Rogelio Meléndez Tercero